EL CORÁN, CLARO...
Por un breve comentario que
publiqué en Chispazos de este mismo periódico respecto al islamismo, y a que
dije que me había leído El Corán una vez y pico, el epíteto más amable que me
cayó por estos lares fue el de amigolmoro.
Tolerancia, creo que le llaman a eso. Al final, nos ponemos a la misma altura
del fundamentalismo que criticamos en ellos. La única diferencia es que, en
nuestro caso y gracias a Dios, el estado es aconfesional, y el de ellos
confesional hasta las cachas. Pero acordémonos de la edad media, y de las
cruzadas, a ver si en el occidente cristiano de la época no hicimos exactamente
las mismas barbaridades.
El problema reside en que los dirigentes religiosos
musulmanes, a lo largo de la historia, desviaron el camino, falsificaron el
mensaje, se aliaron con poderes políticos opresores y sometieron a masas de
creyentes fanatizándolos a través de la incultura y la ignorancia. Si nos fijamos
un poquico, su historia es paralela a la de nuestro catolicismo con respecto a
sus alianzas con monarquías absolutistas que hacían de la religión un poder y
un juego de intereses. Lo que ocurre es que nos llevamos 500 años de
diferencia, y puede que, en política, nosotros sí que hayamos evolucionado más
que ellos, que aún están anclados en el dogmatismo más ortodoxo, dañino y
destructivo de sus gobiernos confesionales y extremistas. Pero eso, repito, no
es El Corán. Ni los ayatolahs lo siguen tampoco. Aunque prediquen y muevan a la
gente en su nombre, más bien empujan a practicar todo lo contrario de lo que
dice su mensaje. Debería de sernos familiar esto, y no sorprendernos. En
realidad es que en todas partes han cocido habas… y en algunas, aún las cuecen.
Precisamente, y esto resulta curiosísimo, hace un par
de meses falleció un teólogo islámico, de la rama chií ismaelita, Ashgar Alí
Engineer, que fue Premio Nóbel Alternativo en 2.004 y tiene un montón de
reconocimientos internacionales… ¡por su teología islámica de la liberación!, y
se basa en la centralidad de la justicia, la opción por los marginados, la
lucha contra la pobreza, la denuncia de la acumulación de poder y riqueza, la
compasión y la benevolencia… según las raíces originales de El Corán. ¿Les
suena a la de nuestro Leonardo Boff?.. Y, últimamente, un sacerdote y teólogo
católico, Juan José Tamayo tenía que ser, director de la Cátedra de Teología y
Ciencias de las Religiones de la Universidad Carlos III de Madrid, también ha
venido en ayuda de mi opinión. Hasta el punto que, en colaboración con la Liga
Islámica Española, han publicado en castellano el libro Teología Islámica de la
Liberación, de Ashgar Alí… Así, con un par. Veremos si nuestros curiales
epíscopos no le mandan una fathúa que
lo dejan tieso, veremos…
Pero, a ver cuándo
nos vamos a enterar todos, que las conocidas como “religiones del libro”:
judíos, cristianos y árabes, somos tres grandes ramas de un mismo tronco, de un
mismo árbol… Ya va siendo hora que nos demos cuenta, joer…
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