TANTOS Y TAN TONTOS
Me gustaría saber
lo que ganan la caterva de políticos que hemos elegido para que nos gobiernen…
Perdón, he querido decir lo que cobran, porque una cosa es cobrar y otra muy
distinta ganarse lo que cobran. Y no miro colores ni posiciones. Miro caras y
jetas. Que aquí, igual un jefecillo regional de partido se autopone 3.500 netos
del ala por la patilla – y eso por ser de izquierdas, que si no… - que a saber
los que están ahora en el machito y que tan solo tienen que simular que hacen,
cuando nada más que obedecen. Y en cuanto a pensar… bueno, lo de pensar ya son
palabras mayores. Yo más bien creo que padecen una especie de escoliosis
mental… o quizá un tipo de estreñimiento cerebral que les impide regir como es
debido.
Porque si aplicaran el que
debería de ser más común de los sentidos, verían que con tres medidas maestras
y principales, tan solo que tres, empezaban a enderezar el rumbo de un barco
que se nos está yendo a pique. Pero hay que ser valientes, y decididos, y un
poco menos la voz de su amo, y un poco más espabilaos… que no se necesita
grandes dosis de cacúmen para sacar cuatro conclusiones pelaícas…
1).- Triplicar las sanciones
contra la economía sumergida. Mientras existan refugios de falsos parados que
cobran por dos veces y no pagan por ninguna mientras hacen el caldo gordo al
defraudador, déjense de amnistías fiscales que no valen para nada. Los
anteriores (que tanto critican ahora) hicieron dos, y fue como pasar la
bandeja.
2).- Bajar a la mitad la
presión fiscal a las empresas. Que vean que el defraudar no compensa. Que entre
el palo caro y la zanahoria barata no se necesita ser muy listo como para no
arriesgar ni arriesgarse. Unida a la anterior fomentaría el empleo leal y
legal, y se comenzaría a producir y a consumir, que es lo único que necesita un
mercado en recesión para empezar a andar…
3).- Imponer empleo público
al que cobra paga pública por desempleo. No pagar el paro, si no el servicio.
No financiar la falta de trabajo privado, si no el trabajo social. No cubrir
los gastos de quien no hace nada por la comunidad que le paga. Junto a las
otras dos medidas, bajaría el paro un mogollón, se aligeraría el gasto
improductivo, se rebajaría el fraude fiscal y el laboral, y se pondrían las
bases para comenzar a levantar cabeza, que ya vá siendo hora, dicho sea de paso…
No le digo nada, si, encima,
razonaran esos bien pagados pero mal acostumbrados caletres, y llegasen a darse
cuenta que las medidas de ajuste están bien si se mantiene en razonable
equilibrio con la inversión pública. Que en economía también se anda sobre dos
piernas: la ocupación y el control del gasto. Que si se quita la segunda nos
damos un batacazo como el que nos hemos dado, pero si se quita la primera el
hostión puede ser aún mayor. Que ningún extremo es bueno, y que dejarnos llevar
por los contrarios, como el burro del
mayoral es de asnos igual… Y es como si quisiéramos hacer desaparecer la
fiebre del moribundo matándolo con duchas frías y a dieta severa.
Y si además (me parece, joer,
que ya estoy delirando) pusieran a la banca y a los sistemas financieros en su
sitio, en vez de ponerles el culo una y otra vez… Si comenzasen a exigirles en
lugar de regalarles y dejarse robar el dinero ajeno… Si comenzaran a darles
caña en vez de servidumbre y mansedumbre… Si se les impusieran
responsabilidades y se les pusiera en su puto sitio de una vez por todas… Si
empezaran a arder bancos… Estoy seguro que cuanto estamos pasando comenzaría a
ser algo así como un mal sueño.
Pero no… Cosas tan elementales,
tan lógicas, tan razonables y tan de sentido común como éstas, no tienen ni la
mollera ni los machos suficientes como para llevarlas a cabo… Y, es que, como
dice un buen amigo mío: “Miguel, no te canses, hay tontos vulgares y hay tontos
con título”. Pero yo le añado uno más. También hay tontos mayestáticos… Estoy seguro.
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