BURRICIE
El de Tarasquín
de Tarascón de un par de semanas atrás, hizo reír. Pues me alegro. Pero también
se me tildó de exagerado por llegar a decir que nuestros modelitos sociales de
carita y posturita tienen la masa cerebral útil de un mandril de escayola. Pues
no, de exagerado ni un pelo, queridos y queridas amigos y amigas… O si no, aquí
les ilustro del nivel kurtural de
nuestras bellezas oficiales autonómicas que aspiran al sin par título de Miss
España, aña… El que sean féminas no quiere decir nada, por supuesto, que aquí
los modelos y las modelas van a una, como en Fuenteovejuna. O sea, que los
ovejos y las ovejas beben de la misma fuente una.
Miren y admiren, si no, la
supina ignorancia mamada desde la lactancia. A miss Almería le preguntaron
sobre el desastre en Japón, y respondió: “muy
lamentable… no entiendo como pudo entrar tanta agua teniendo allí la muralla
china”. Sastamente, nena… A la de Donostia, abundando en el mismo tema,
preguntaron qué cree que hubiera pasado si el epicentro hubiese estado en el
mismísimo Tokio, respondiendo “bueno,
pienso que ellos también tienen derecho, ¿no?.. pues si Donosti tiene un
Multicentro, Durango un Megacentro, ¿porqué no puede tener Tokio un Epicentro?.
Naturaqui que sí, boni(í)ca mía… Sobre el mismo tema a miss Bilbao, que qué piensa
ella de la onda radiactiva en Japón, contesta que “me parece bien que una emisora haya llegado tan lejos”. Pues sí,
chati, sobretodo radio macuto. Ítem más a la de La Rioja: ¿qué opina sobre la
situación en que viven los niños del Japón tras el temblor de 8,9 grados y el
tsunami?.. “rezo porque todos los niños
del Japón estén bien resguardados de ese frio de 8,9 grados junto a sus mamis,
sus papis y sus hermanitos”… Eso mismo, y a los abuelitos que los joda el
rasca, bonita… A miss Sevilla la pregunta fue muy sencilla: ¿qué opinas del
tsunami?. Respuesta: “está muy bueno,
pero a mí me gusta más el tiramisú”… ¡Qué maravilla, la de Sevilla!..
Como las catalanas se las dan
de saber inglés (ignoramos si saben el español) pues a miss Tarragona se la
formularon tal que así: ¿What´s a tsunami..?, contestando la muy espabilada “my name is Carla Pujol”… Di que sí,
hija, dí que sí… O la de su paisana la de Barselona, que le preguntan cómo se
dice perro en inglés, y, óigan, que acertó la tía respondiendo que dog, pero cuando le preguntaron por
veterinario, contestó que “… pues
dog-tor”. No es un chiste, no… A la misma – al ser más listorra que las
demás – le llegaron a preguntar si ella creía que Gadaffi debería abandonar
Libia, contestando “pienso que si no se
llevan bien, y, claro está, no tienen hijos pequeños, pues se deberían
divorciar”… ¡Joder, qué poder..!
Vuelvo a repetir aquí, que no
es cosa solo de niñas, también los niños tableteros, castingeros, lucejetas,
pisaplayas y guaperas profundos padecen esta desolación encefálica. Lo digo por
las posibles ayatolahs feministas siempre al acecho tras su puesto de
francotiradoras. Esto es solo una muestra de un conocido evento como el de las
misses, que, por cierto, es lo más antifeminista que conozco, dicho sea de
paso… Pero bueno, también están los cultivados concursos de místernoséqué para
que el auténtico sistema de igualdad funcione hasta en el más absoluto vacío.
Así que, visto lo visto, les vuelvo
a remitir a mi tercer párrafo de dicho artículo, y si esto que expongo en el de
ahora no entra en uno de los citados prototipos dentro del mismo, me la corto
/la pluma/ y no me vuelven ustedes a leer exponiendo estas humanas desgracias
jamás de los jamases. Pero, claro, encaja perfectamente en lo que decía entonces.
Y también saben que hay papás y mamás que se les hace la chirimoya agua del
cármen si alguno de sus nenes o nenas llegan a tamaño barbyclaje de puro
encaje. Y de ahí que en este mismo punto les invite a repasar el cuarto párrafo
del mismo artículo, no sea la cosa que aún lo duden.
Por lo tanto y por lo tonto
en este santo yo no me monto. Y nunca lo haré. Y seguiré denunciando el cultivo
voluntario de la esclerosis mental, de la tara cerebral y de la más espantosa
aridez cultural a cambio de la guapeza de la corteza. Y continuaré mostrándoles
la patética miseria de sesos en nuestros jóvenes modelos de parasitismo joven.
Y seguiré riéndome, y burlándome, y mofándome de estas burricies a la menor
ocasión que se me presente. Y llorándome, claro, también llorándome...
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