LEAN, LEAN Y VEAN...
… Vean lo que
vale un peine en este país de calvos. Cuando escribo sobre la situación
económica española y sobre la casta de políticos que nos gobiernan con el único
fin de conservar su estatus, no estoy haciendo política, aunque así interese
achacármelo porque así conviene. No… solo estoy haciendo realidad. Entiéndaseme
de una puñetera vez. Suelo intentar que mi mano izquierda no sepa lo que
escribe mi mano derecha, adaptando el dicho neotestamentario a la cosa, a fin
de no vincularme a tendencia alguna. Y me sale lo que me sale, aunque lo que
nunca me salen son las cuentas.
Y cuentas son, por ejemplo,
que Alemania alimente y mantenga a 150.000 políticos para 82 millones de
habitantes, mientras España mantenga y alimente a 446.000 políticos para 47
millones de habitantes. Dicho sea de otro modo: Alemania paga un político por
cada 555 ciudadanos, y España uno por cada 100 ciudadanos. Aproximadamente… ¿Y,
se nota la diferencia?.. Pues, sí que se nota: ellos funcionan muchísimo mejor
que nosotros, ¿o acaso no es cierto..?. Aparte, tenemos el asunto de la pasta.
Si calculamos la diferencia del costo haciendo una simple regla de tres
proporcional al número de habitantes, y poniendo un costo medio de 100.000 €
por barba/año, el ahorro que nos sale es de más de 36 millones de euros,
mínimo.
Naturalmente, por lo que les
toca, ellos – nuestros jefes – prefieren recortar la sanidad, la educación, la
cultura, las pensiones, subir el Iva a lo burro, y expoliar a las clases más
bajas de la sociedad antes que moderar un aparato
político-autonómico-administrativo donde colocan y se colocan a sus allegados y
a ellos mismos. Tenemos casi 400 senadores que no sirven absolutamente para
nada, más de 1.200 parlamentarios autonómicos y más de mil diputados
provinciales, más o menos inútiles, repartidos entre 17 chiringuitos distintos,
en puestos duplicados, que cuestan al país más de 100.000 millones de euros… Y
no cuento en estas cuentas a los miles de liberados de unos sindicatos nefastos
y nefandos que solo trajinan por y para su propio pesebrismo de clase, ni
tampoco a las sustanciosas e inmorales inyecciones de dinero público a un
sistema bancario corrupto y corrompido que lo reparte en enormes e insultantes
primas y retiros millonarios entre sus dirigentes sanguijuelas.
Mientras tanto, y por otro
lado, en un sálvese el que pueda que este barco se hunde, o en un trinca que pá
luego es tarde, o en un tonto el último… cientos de miles de insolidarios
pequeños sinvergüenzas están trabajando en la economía sumergida mientras
cobran pensiones de incapacidad, ayudas fraudulentas o falso paro. Y están
sangrando a este país desastroso y desastrado hasta límites insospechados. Por
cierto, aún no he oído a ninguno de los líderes sindicales hablar de este
problema, dicho sea de paso puesto que no paso sin decirlo…
¿Y quiénes mantienen todo
este ruidoso y ruinoso tinglado?.. Cuatro tontos útiles, honrados a carta
cabal, que aún pagan sus cada vez más gravosos impuestos sin rechistar, y los que , a cada día que transcurre, se están
convirtiendo en un valor residual que debería ser declarado especie protegida,
pues han pasado de ser tontos útiles a tontos necesarios. Yo incluso diría,
tontos imprescindibles. Pero no solo no son cuidados, si no que son machacados
por una administración insensible e insensata, abúlica, ciega, torpe e
incompetente, que se empeña en sacar lo que ella necesita para mantenerse de
donde cada vez queda menos. Y en amenazar y aburrir al pobre, al humilde y al
honesto. Y en poner trabas al empleo. Y en paralizar a las empresas. Y en
castigar el consumo. Y en penalizar la producción. Y en frenar cualquier
posibilidad de recuperación y crecimiento.
¿Qué no es verdad todo esto
que estoy exponiendo a ustedes?.. ¿Qué estoy exagerándoles la nota?.. Pues
pasen, pasen y vean… Vean lo que cuesta mantener un circo en un país de
payasos.
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