LA EME + POSTMODERNA
Me entero por
Rosa Montero. Y alucino como un cebollino. (Me ha salido un pareado). El
engendro contra natura es el del grupo internacional de ropa H&M para
jóvenes pijos y sujetos neomodernoides – por lo de humanoides – que, en su
cadena Weekday, vende camisetas de algodón por 20 euros, un poco caras las veo
yo, con su inevitable mensaje en inevitables inglés, grabado en el pecho: “Food
to the people. No world hunger”. Comida para la gente. No a un mundo
hambriento. Y cierra la leyenda con el nombre de Juan Manuel Sánchez Gordillo,
firma que seguro deploran no poder traducir a la lengua de Shakespeare, y
rodeando toda la leyenda un sólido puño cerrado, muy al decimonónico estilo
nopasarán, de cuya pétrea factura sobresalen una espiga y una zanahoria… unidas
jamás serán vencidas.
Pero, como digo, este
pseudorevolucionario mensaje, que pretende, digo yo, concienciar socialmente,
solo está al alcance de la progresía con posibles suficientes como para
disfrazase en Coronel Tapioca o afines, y dárselas de última frontera. Solo en
tiendas exclusivas, ya saben… Revolución de bolsillo en forma y con etiqueta a
la vista. Guay… Pose, imagen y estilo de la más moderna decadencia, la cultura
de lo falso, la exaltación de la hipocresía, el altar de la superfialidad en
camiseta “in”. Aclara la columnista que la “creación” pertenece a una exclusiva
línea bautizada Zeitgeist, en alemán, “el espíritu de los tiempos”… O sea,
nosotros ponemos la (triste, cutre y caduca) imaginación, y tú compras aquello
de lo que careces. Te vistes de una originalidad importada e impostada, y te
revistes de una ideología de quita y pon. Ideas fabricadas en serie para los
intelectos de serie… Venid y ved, nosotros os parimos el mensaje, la última
novedad, oíd, de rabiosa actualidad, y vosotros soltáis la pasta por eso…
Cuidado, somos muy rigurosos, solo para progres acomodados…
Y la guinda es que usen al
célebre alcalde Gordillo, conocido montador de trasnochados sainetes
izquierdúfeos, más que izquierdistas, que se cree la sublimación de Robin Hood
en la actualizada versión de asaltasupermercados, y que H&M transforma en
la mitificación de su chunda-chunda de sus hazañas trasladada al hambre en el
mundo. Sánchez Gordillo imita mal imitado a Curro Jiménez, pero se cubre de
aforado intocable. A él le importa más el escenario que la escena, la estampa
que el resultado. Eso se ve y se nota. Lo que no sabemos es si en este negocio
camisetexclusivo habrá royalties de por medio o solo vacía fama a cambio. Pero
no deja de ser un sangrante
contrasentido, una patética mueca de chabacana vulgaridad, porque si de lo que
se trata es dar de comer al hambriento, ¿porqué no vestir también al desnudo, y
no pelar la camisola a 20 eurazos, si no regalarlas?.. Espero con fervor que
Gordillo asalte las tiendas Weekday y, con sus jornaleras huestes de
descamisados, se encamisen de slogan y las utilicen de uniforme popular y
gratuíto. Es lo suyo, ¿no?.. Si no, tendré que sospechar.
Pero a mí lo que me entristece
es la perversión del idealismo, la banalización de la tragedia. Que millones de
niños estén muriendo diariamente de hambre en el mundo es indecente, inmoral… Y
que se haga moda y negocio con lo inmoral y con lo indecente retrata a una
sociedad podrida que utiliza la virtud como falsa apariencia. Me recuerda a
esos famosos que sacan provecho de publicidad vistiéndose de buenas fotos y
mejores tomas donde queda retratada su solidaridad, solidaridad que luego se
airean bien aireadas en magazines di cuore. Es lo mismo. Es igual. Lo que
importa es el dinero, la rentabilidad de una, ¿buena?, idea, vender “lo que se
lleva”, aunque ello suponga hacer disfraz y negocio de los principios más
nobles… Y lo peor es que el común de la calle vamos de postmodernos por la
vida. Estamos explotando el sufrimiento de la gente, y no nos damos cuenta. Lo
estamos utilizando como adorno, y no nos enteramos… ¿o sí nos enteramos..?.
Deme veinte euros de hambre, porfa… A mí, de verdad, se me revuelven las
tripas.
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