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TORRE-PACHECO, MURCIA, Spain
Escribidor, más que escritor, empresario, Juez de Paz de mi pueblo, colaborador de la fundación Entorno Slow, certificado por Global Reporting Initiative como técnico para sellos RSC - Responsabilidad Social Corporativa -, vicepresidente de COEC (Confederación Comarcal de Organizaciones Empresariales) y presidente local, tonto útil, etc...

lunes, 1 de octubre de 2012

LA EME + POSTMODERNA



Me entero por Rosa Montero. Y alucino como un cebollino. (Me ha salido un pareado). El engendro contra natura es el del grupo internacional de ropa H&M para jóvenes pijos y sujetos neomodernoides – por lo de humanoides – que, en su cadena Weekday, vende camisetas de algodón por 20 euros, un poco caras las veo yo, con su inevitable mensaje en inevitables inglés, grabado en el pecho: “Food to the people. No world hunger”. Comida para la gente. No a un mundo hambriento. Y cierra la leyenda con el nombre de Juan Manuel Sánchez Gordillo, firma que seguro deploran no poder traducir a la lengua de Shakespeare, y rodeando toda la leyenda un sólido puño cerrado, muy al decimonónico estilo nopasarán, de cuya pétrea factura sobresalen una espiga y una zanahoria… unidas jamás serán vencidas.
                   Pero, como digo, este pseudorevolucionario mensaje, que pretende, digo yo, concienciar socialmente, solo está al alcance de la progresía con posibles suficientes como para disfrazase en Coronel Tapioca o afines, y dárselas de última frontera. Solo en tiendas exclusivas, ya saben… Revolución de bolsillo en forma y con etiqueta a la vista. Guay… Pose, imagen y estilo de la más moderna decadencia, la cultura de lo falso, la exaltación de la hipocresía, el altar de la superfialidad en camiseta “in”. Aclara la columnista que la “creación” pertenece a una exclusiva línea bautizada Zeitgeist, en alemán, “el espíritu de los tiempos”… O sea, nosotros ponemos la (triste, cutre y caduca) imaginación, y tú compras aquello de lo que careces. Te vistes de una originalidad importada e impostada, y te revistes de una ideología de quita y pon. Ideas fabricadas en serie para los intelectos de serie… Venid y ved, nosotros os parimos el mensaje, la última novedad, oíd, de rabiosa actualidad, y vosotros soltáis la pasta por eso… Cuidado, somos muy rigurosos, solo para progres acomodados…
                   Y la guinda es que usen al célebre alcalde Gordillo, conocido montador de trasnochados sainetes izquierdúfeos, más que izquierdistas, que se cree la sublimación de Robin Hood en la actualizada versión de asaltasupermercados, y que H&M transforma en la mitificación de su chunda-chunda de sus hazañas trasladada al hambre en el mundo. Sánchez Gordillo imita mal imitado a Curro Jiménez, pero se cubre de aforado intocable. A él le importa más el escenario que la escena, la estampa que el resultado. Eso se ve y se nota. Lo que no sabemos es si en este negocio camisetexclusivo habrá royalties de por medio o solo vacía fama a cambio. Pero no deja de ser un  sangrante contrasentido, una patética mueca de chabacana vulgaridad, porque si de lo que se trata es dar de comer al hambriento, ¿porqué no vestir también al desnudo, y no pelar la camisola a 20 eurazos, si no regalarlas?.. Espero con fervor que Gordillo asalte las tiendas Weekday y, con sus jornaleras huestes de descamisados, se encamisen de slogan y las utilicen de uniforme popular y gratuíto. Es lo suyo, ¿no?.. Si no, tendré que sospechar.
                   Pero a mí lo que me entristece es la perversión del idealismo, la banalización de la tragedia. Que millones de niños estén muriendo diariamente de hambre en el mundo es indecente, inmoral… Y que se haga moda y negocio con lo inmoral y con lo indecente retrata a una sociedad podrida que utiliza la virtud como falsa apariencia. Me recuerda a esos famosos que sacan provecho de publicidad vistiéndose de buenas fotos y mejores tomas donde queda retratada su solidaridad, solidaridad que luego se airean bien aireadas en magazines di cuore. Es lo mismo. Es igual. Lo que importa es el dinero, la rentabilidad de una, ¿buena?, idea, vender “lo que se lleva”, aunque ello suponga hacer disfraz y negocio de los principios más nobles… Y lo peor es que el común de la calle vamos de postmodernos por la vida. Estamos explotando el sufrimiento de la gente, y no nos damos cuenta. Lo estamos utilizando como adorno, y no nos enteramos… ¿o sí nos enteramos..?. Deme veinte euros de hambre, porfa… A mí, de verdad, se me revuelven las tripas.

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