CUENTO SAGRADO
Como está claro
que este gobierno quiere hacer de la población española una grey de mansos
chupacirios a los que se les quite la capacidad de pensar y razonar con lógica,
de ahí el destierro de la filosofía del sistema educativo y la implantación de
la religión en el mismo, y yo estoy por defender el estado laico e
independiente de nuestra Constitución, y no el confesional de ninguna iglesia
dictadora, me voy a permitir, en clave liberal y de humor, el versionar alguno
de las pasajes de esa Historia Sagrada que vuelve a por sus fueros desde el
oscurantismo del nacionalcatolicismo de mi niñez. Así lo iré salpicando de vez
en cuando, mientras que algún gobierno no abducido vuelva a poner el
raciocinio, el sentido común y la lógica donde corresponde. Así que esta
semana, si me lo permiten, voy a contar mi visión de cómo pudo ocurrir el
sucedido de lo de Abraham, que, como sabéis, fue el patriarca sobre el que se
fundaron las religiones del libro, a saber: islamismo, judaísmo, y, por extensión,
cristianismo, emanando de esta última multitud de iglesias interpretativas,
entre las que destaca nuestra católicapostólica y romana, que, durante dos mil
años, menos los primeros 33, nos ha venido machacando con cuentos de sacras
historias, entre otros, inventados por interesados, dogmas.
Abrám, que así respondía al
principio, era un jefe de tribu nómada premosáica que vivía como un patriarca,
con su legítima y su concubinaje, entre sus rebaños y su vasallaje, al que,
según cuenta una interesada leyenda, un día lo visitó un tal Ángel que hizo que
su mujer, ya en edad (de la época) de no parir, le gestase un tal Judá, luego
apodado Israel, o “el Isra” pá los amigos, que le iba a hacer padre de muchas
naciones, y de ahí que alargara su nombre al de Abraham, como le alargó la
nariz al hijo de Gepetto. Bueno, esto vino a ser después del episodio en que
cedió el uso de su señora al faraón en pago al arriendo de sus tierras por un
tiempo definido, así que, ante la inexistencia de un análisis genético fiable,
tampoco aventuraré yo la paternidad de tal vástago, que luego ya se sabe… Bien.
Pues la fama le viene a este jefe beduíno, que eso y no otra cosa era el buen
hombre, porque el puñetero presumía de tener línea directa con Dios, y le
calentaba la oreja con las cosas más peregrinas, como la muy conocida sobre uno
de sus innumerables bastardos, que era la prolongación humana de sus
incontables ganados, como signo de la época. De ahí que no viera mucha
diferencia tampoco entre sacrificar a un cordero cebado que a un hijo de su
incontrolada descendencia. A saber si, por otro lado, tampoco era la primera
vez… Y aquí viene lo del tan famoso Isaac.
Así que estaba el ilustre
personaje metido en faena, dispuesto al descabello, cuando oyó una voz de
alguien que pasaba por allí, y que le gritaba algo así como: “¿Pero ánde vas, desgraciao?.. pos no que vá a matar al zagal el mú
burro.. ¡suelta la faca ya mismo, gilipollas..!”, al que le contestó, un
tanto azorado, el Abra: “¿Y tú quién
eres?”, respondiendo el interpelado: “Pos
el Ángel, ¿o es que ya no t´acuerdas de mí, joío..?”, o algo muy parecido…
Claro, el relacionar al Ängel con Dios y tal, puesto que Dios y él se las daba
de ser uña y carne, era cosa de conveniencia hacer lo que aquellos jefecillos
tribales solían hacer, que era colocar de su parte a cualquier poder o
autoridad superior que se le pusiera a tiro. De ahí lo consabido en estos casos
del “ven a mi tienda a descansar y
comparte conmigo mi vino, mis viandas, mis chicas y lo cagafarta, tío…” y
que vean los míos con quién se codea su puñetero jefe. En una de esas
recepciones no es descabellado pensar una ida de pinza por la libaciones del
ufano Abraham, padre de muchos pueblos, tras reflexionar para sí, “bueno, pos ahora que he largao a mi
concubina Agar con su Ismael a que se las busquen como puedan, pues a mí
amiguete Yahvé no parecen gustarles los ennegrecíos, a ver si se me ocurre algo
como marca de la casa pá lo de mis tribus y eso…”
Y puede también que, un día,
ante el padrino Ángel, o ante otros, se le iluminara el turbante y lanzara su
Eureka: “¡yastá… o´yess que el Altísimo
m´a hablao, el tío, y m´a encargao que señale a mi pueblo, que pá eso va a ser
el escogío, y lo circuncide, que en eso se reconocerá que es el pueblo elegío
del único Dios verdadero… Así que mañana mismo me pongo al tajo y los capo a
tós, y dejaré mandao a mis descendientes que no dejen a uno sin descapullar”…
Y no te extrañe que Ángel y cía celestial pusieran alas en polvorosa y no se
dejasen tomar más la pluma por el jodío viejo… Es de ahí probablemente lo de
que los exégetas estén de acuerdo desde entonces en no poner sexo a los ángeles.…
Y colorín colorao / aquí se inició la Historia Sagrada / con tós los tíos
capaos / y la religión coronada…
Sí, ya, vale… Sé que me arriesgo
a que lo más meapilas del personal, animados por la santa curia, me arranquen
la piel a tiras. Y que se me excomulgue antes de ser lapidado. Pero el humor
solo es irrespetuoso para el ignorante, y un bálsamo para el culto. Solo los
fanáticos lo persiguen… Todas las mitologías vienen del estudio de las
religiones, o al revés, y ésta, como la persa, la romana o la griega, no dejan
de ser más de lo mismo y devenir las unas de las otras. Y como tal ha de ser
tratada, monada…
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