GLOBALIZACIÓN
Es
lo que tiene la puñetera globalización. Que la economía del mundo mundial está
interconectada y España siempre pierde. Pase lo que pase, donde pase y como
pase, todo nos afecta. Somos gente muy sensible los españoles. Que el petróleo sube,
pues la bolsa sube también pero su bolsillo se jode. Que el petróleo baja, pues
la bolsa baja igual y usted también se jode, porque la prima de riesgo, no sé
porqué, sube cuando su prima la bolsa baja. Y eso siempre, por un lado o por
otro, afecta a nuestra cartera. Que las bolsas de China caen, pues la nuestra
cae con ellas, y si usted es un ahorrador, pues se jode igualmente. Va a darse
una vuelta por la oficina bancaria de su barrio y ve que sus ahorros se les han
enanizado. “Es por culpa de los chinos”,
le suelta el director de la sucursal, por ejemplo… Y si se mete en honduras y
quiere saber más de lo que le conviene, le dirá que la bolsa china cae por
culpa nuestra, porque no compramos todos los productos chinos que tendríamos
que comprar, y, claro, pasa lo que pasa…
Y es verdad que la culpa es
suya, pero quizá que no exactamente por eso mismo, sino más bien por todo lo
contrario. Amosaver… si usted emplea
sus ahorros en fondos de inversiones chinos, a un suponer, porque le dan más
perricas, de alguna forma se sujeta a sus riesgos y a sus beneficios, y si
ellos no los obtienen, pues usted, como comprenderá, tampoco. Así que no hay
que tirarles chinitas a los chinos. Igual pasa con los golfos de los países del
Golfo, y con el precio de la gasofa… Y también con todo lo demás.
Si usted, en vez de sacar sus
cuartillos de aquí, los hubiera empleado aquí, aunque hubiera sido ayudando a
un hijo, a un sobrino o al zagal de su vecina, que son buena gente, a apuntalar
su negocio, quizá no le hubiera rentuado lo que le rentúan los de los
petrodólares, pero hubiera ayudado a la economía local y nacional, no a la
extranjera, y ahora no se vería moralmente (por puro interés, claro) obligado a
apoyar producciones de fuera tras haber torpedeado a la de dentro, ni ayudar a
enriquecer la ajena tras haber empobrecido la propia. Por supuesto, esto es un
ejemplo sencillo a modo de parábola simple, y hasta puede que simplista, pero
es para que nos demos una ligera idea. La globalización es un poco eso mismo
también. Que están colonizándonos otras economías foráneas, y encima, y muchas
veces, con nuestro propio dinero. Naturalmente, los que viven de esto tan
requetebién, como los banqueros, los que compran y venden con el dinero de
usted, no lo van a reconocer, y van a liar el lío como solo ellos saben liarlo,
pero, en definitiva, así son las cosas y esto es lo que hay.
Así que ese vecino ahorrador del
principio vuelve a casa, y le dice a su mujer, con el ánimo encogido, que hay
una especie de grieta en Asia por donde se les ha ido lo que contaban para
renovar el lavavajillas este mes. Que a ver si p´alotro pué ser… Y ante los refunfuños de su propia, trata de
hacerle comprender, según le han explicado, que si todos sacásemos lo que
tenemos invertido y lo metiéramos en los calcetines bajo una buena losa, la
Bolsa se iría a la mierda y sería una hecatombe económica de “muncho cuidiao…”, ¿entiendes, acha?..
Ya, ya, pero… ¿y si le compramos el lavavajillas a los chinos..?, inquiere
sigilosa y maliciosa, la buena mujer…
Posssí, pero también hemos de pagar el recibo de la luz, que, por
cierto, está contratado con una empresa española pero de capital chino… ¡Ah!, y
comprar el regalo de boda del ahijao,
en el Cortinglés, también con capital
de los emiratos esos, así que veremos a ver si no es mejor sacar los ahorros y
gastarlos directamente. Y vivir al día. Total, ¿qué más da que se los soltemos
por un lado que por otro?.. De toas
formas se lo van a quedar ellos más pronto o más tarde… Oye, y que sea lo que
Dios quiera, o Alá, o Confucio, o lo que c… sea.
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