EL GAADÍ
Dicen los
onirólogos… ¿se llaman así?.. Pues bueno, como se llamen, que todos los seres
humanos soñamos todas las noches, lo que pasa es que no solemos acordarnos de
nuestros sueños… O que le damos a la tecla deletter
y los borramos, o que el consciente, que es un inconsciente, no se queda con lo
que el subconsciente le ha ido largando desde que entramos en fase “rem”. Yo no
lo sé. Pero si sé que el soñar no es patrimonio nuestro solo, que hay
animales-personas que también sueñan, como los perros. Que yo he visto al mío
hacerlo y me parto de risa. La cuestión
es porqué sueña, y a qué viene que nos acordemos solo de unos pocos, o, lo que
es más curioso aún, que tengamos sueños/recuerdos que nos hagan revivir punto
por punto vivencias y experiencias ya pasados y olvidados… como extrañamente me
ocurrió a mí hace poco. Y se lo voy a contar, si me lo permiten…
Fue en mi primer viaje a los
campamentos de refugiados saharauis, hace ya muchos años… Habíamos llegado a
Tinduff, y nos adentramos en la Hammada argelina, ya pleno desierto, al centro
desde donde se nos distribuiría a los diferentes destinos por parte de los del
Frente Polisario. Allí nos encontramos con gente de Médicos Sin Fronteras y de
Acnur que nos avisaron que se habían declarado focos de disentería, y que se
nos reubicaría en otros asentamientos libres de ella. Al día siguiente,
partimos hacia donde seríamos acogidos…
Nuestro grupo fue ubicado en la
wilaya de Assuer, donde nos repartimos entre diferentes familias. Un destacado
componente de la expedición y gran y buen amigo mío, soltó la broma dirigida a
mi persona: “cuidadme a ese, que es el
Juez de Paz de mi pueblo…”, y nos separamos dirigiéndonos cada cual a la
jaima asignada de aquellos que nos recibían. Tras el descanso de la primera
noche y una ajetreada primera mañana, a primeras horas de la tarde, se presentó
a las puertas de la tienda un comité de jóvenes saharauis. Parece ser que era
invitado por el Gaadí (juez civil y religioso) de la wilaya, y debían
conducirme a su presencia, como así mismo se hizo… Cuando llegamos, el gaadí,
asistido por un traductor y pertrechado con el inevitable e imprescindible
equipo de té humeante, me esperaba, invitándome a sentarme a su lado, sobre la
mullida pero vieja alfombra. Tras los primeros saludos, y…
Ya mezclados y perdidos entre
rituales y rituales de tés y más tés, hablamos durante horas de cuanto divino y
humano hay sobre la tierra. Él, interpretando El Corán, y yo el Evangelio.
Citas y citas de uno y de otro puestas una junto a otra, comprobamos las
escasas – yo diría ninguna – diferencias morales entre ambas creencias.
Hablamos del tronco común de donde nacen las tres religiones de “los pueblos
del libro”, del mismo origen, Abraham, del cómo y de los porqués de los casos y
de las cosas… Llegado un determinado momento, Hussaín me pidió parar para salir
a orar. El lugar sagrado, fuera de la jaima, era un espacio rectangular al aire
libre flanqueado por cuatro grandes piedras encaladas de blanco en las
esquinas, y una central en uno de sus lados que señalaba hacia La Meca. Él
entró en aquella humilde área y yo me quedé fuera respetuosamente…
…Se volvió, y me invitó a
traspasar los límites… “Tú eres un gaadí.
Pasa conmigo”, me dijo. Entré y oramos los dos, uno al lado del otro, él
como musulmán, yo como cristiano, y los que nos acompañaban, tras nosotros. /
En mi sueño reviví las mismas emociones que entonces /. Acabado el rezo,
volvimos al interior de la jaima, al rosario de un té tras otro té, y de
nuestra inacabable cháchara sobre temas universales de la fé… De la tienda del
gaadí de la wilaya de Assuer salí ya anocheciendo. Ya en la puerta, me abrazó,
me besó la mejilla, y me repitió al oído, “tú
eres un verdadero gaadí”. No… yo solo soy un juez de paz, apenas nada… le
contesté… Pero, poniéndome un dedo en los labios, me cortó… “Aunque no lo sepas, aunque no lo creas, eres
un auténtico gaadí…”
Bien… El sueño de lo que no fue
un sueño termina aquí, aunque siguieron otras muchas vivencias de aquellos días
de soles, estrellas y arenas, y de las que tengo unas pocas crónicas
esturreadas por algunos escritos para el recuerdo… No sé por qué. Pero el
revivir ésta, una noche de estas, paso a paso, momento a momento… ¿A alguien se
le ocurre algo?, ¿algún tipo de explicación?.. Pues, si lo sabe, que hable
ahora, y si no, que calle para siempre… Es que, acojona un poco, no me digan
que no…
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / www.escriburgo.com / viernes 10,30 h. http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php
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