EL ENGAÑO
Tengo ante mí la
reproducción de un billete en el que reza: “La Caja Municipal pagará al
portador la cantidad de cincuenta céntimos de Peseta.- Los Alcázares, 15 de
Febrero de 1.937”, y está avalado por las firmas del Consejero (Concejal)
Presidente, y del Consejero (Concejal) de Hacienda. El documento está
encabezado por la República Española y el escudo de la misma… Cuando suele
decirse – haciendo historia – que en el transcurso de nuestra guerra civil,
muchos pueblos emitían su propia moneda, en realidad es una afirmación falsa.
Lo que sí es cierto que emitían es su propio papel-moneda, que no es igual. Y
no es igual porque la moneda seguía siendo la misma: la Peseta, no así su
documento de papel-soporte, que representaba su valor según que sitio. De
hecho, tanto la República, como la dictadura franquista, como después la
monarquía parlamentaria, ya en la democracia, tuvieron la misma moneda. Otra
cosa es el valor en según qué lugar, época o circunstancias, naturalmente…
Porque éste es el misterio, el quid de la cuestión.
Yo no sé hasta qué punto la economía es una ciencia, un arte, o una fé. Entre
las tres cosas, yo cada vez me inclino más a pensar que es una cuestión de fé.
La gente creemos que el dinero existe, y por lo tanto, funciona, pero nadie ve,
ni cuenta, ni maneja el movimiento de su cartilla en billetes, solo en números,
en cifras, en una matemática de sumas y restas que no parecen tener final, y en
la que se multiplica incomprensiblemente y cambian de manos comprensiblemente,
sin saber, nunca, jamás, la diferencia de fondo entre el precio de las cosas y
el costo de las mismas. En realidad, más que un “El Banco de España
(antes) pagará al portador...” es una especie de “vale por…”.
Recuerden cómo, por qué, y en qué circunstancias se
inventó la banca. El rey británico Jorge V tuvo enormes dificultades
financieras para sufragar la guerra con sus colonias americanas, que al final
terminó con su independencia., y, como todo monarca de la época, pidió prestado
(en oro, claro) al judío más potente y que tenía más a mano, un tal Rockefeller
- ¿les dice algo el nombre? – que estaba establecido en Gran Bretaña. Lo que
pasó es que el jodío judío éste lo condicionó al siguiente trato: Le propuso al
monarca que la corona no le pagara interés alguno, pero que, a cambio, le
dejase emitir cinco veces el valor de la deuda en papel-préstamo para todos los
gremios de productores, artesanos y comerciantes del reino, de ese modo – debió
decirle más o menos – a ellos les servirá de ayuda en sus negocios para con sus
proveedores y clientes, y serán sus vasallos los que paguen sobradamente la
deuda de su Majestad… Y se obró el milagro: el dinero prestado se multiplicó
por cinco, a costa de que el valor (que no el costo) que se le dio al papel-moneda
influyó en el costo (que no el valor) de las cosas, quintuplicándose. El valor
del oro inicial prestado se hizo cinco veces mayor, tan solo que con la “fé”
del personal en el papel que representaba el valor del dinero… Et voilá
el sombrero en donde se metió un gazapo y salieron cinco conejos…
Y el mundo ha seguido funcionando según ese mismo
modelo. El ilusionismo de la Bolsa no es otra cosa que eso. Existe un costo de
salida, unas acciones que lanzan al mercado y se compran y se venden, y un
valor que sube o baja según la oferta y la demanda, y/o una serie de conocidas
estrategias y especulaciones que enriquecen o arruinan a los que invierten su
dinero en ellas. El objetivo de las Bolsas es que sus índices no dejen de
subir, aunque el valor-costo de las cosas no se ajuste a la realidad. El globo
siempre es el mismo, aunque el aire que se insufla es cada día más, y el globo
vá aumentando de tamaño exponencialmente… si el globo explota, pues ya saben,
el valor real de la goma es lo que cuenta, y la diferencia la pagan los que han
arriesgado en el globo, con todas las consecuencias añadidas al desastre… Y se
produce una crisis económica, más o menos localizada, más o menos devastadora,
que, en definitiva, pagamos entre todos. Pero sabido es el detalle que, si
todos pidiéramos al mismo tiempo a nuestros bancos nuestros dineros, en cuenta
o invertidos, en ellos, ese dinero no estaría disponible. En una palabra, no
existiría…
Y toda esta “ciencia” es tan complicada como sencilla
a la vez… Existe aquella historia del viajero que, al pasar con su coche por un
pueblecito de aspecto agradable, se detiene y piensa en la posibilidad de
descansar allí un par de días o tres., así que entra al único hotel del lugar,
diciéndole al gerente: “voy a dar una vuelta por ahí, y si me gusta, paso un
tiempo aquí antes de seguir camino. Mientras lo decido, le dejo, en prenda, un
billete de 100 euros”… El dueño, a pesar de la advertencia, corrió a pagar al
carnicero, que le debía eso mismo; el carnicero saltó rápido a pagar al
panadero; el cual hizo lo propio con el carpintero; éste lo mismo con el
mecánico; y éste al albañil que, a su vez saldó su deuda con el pintor, éste a
la madame de la casa de… y como las damas ejercían el oficio en el hotel, se lo
abonó al propietario del establecimiento. Cuando llegó el viajero, dijo que
había pensado seguir su camino, retirando sus 100 euros de fianza. Pero éste
billete había solucionado una deuda global de 800 euros saldando las de 8
empresas de ese mismo pueblo, volviendo al primer depositario que lo pudo
devolver al dueño original… Si pensamos en el caso del judío Rockefeller con el
rey Jorge, fue el prestamista el que, dejando por la mañana el billete de 100
en el mercado de trabajo, al final del día pasó a recoger 800. Esa es la
“pequeña” y manipulada diferencia, vuecencia…
Un axioma bíblico enseña (enseñaba, al menos) que el
dinero es la perdición de la humanidad, y que lo inventó el diablo para tener
cogido al personal por los güitos (léase intereses), pero que el demonio que lo
ideó fue porque, sin exponer nada, se lo llevaba todo… Solo vende una ilusión,
un supuesto, un valor no real, pero es el dueño absoluto de los frutos de
nuestro trabajo…Y así fué el Señor de este Mundo, dicen las sagradas
escrituras. Pues mire por dónde, vá a resultar que es verdad…
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ
http://miguel2448.wixsite.com/escriburgo
Todos los
viernes, a las 10,30 hh. en http://www.radiotorrepacheco.es/ (87.7 f.fm.) programa especial
con este artículo, que queda grabado a disposición de Vds. En YouTube
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