SECUELAS DE VIDA

 


 Recibo una carta de la Agencia Tributaria. Casi entro en shock. Tras mi dilatada vida de vérmelas luchando contra gigantes que parecían molinos (no me he equivocado, lo he expresado bien) debería estar inmunizado, pero no… de hecho, estoy hipersensibilizado. Son ya muchas “cornás” y puyazos a mi edad, como para que se me siga negando el derecho a saborear la poca paz y tranquilidad que me pueda quedar… No puede ser, es el rechazo inicial, el sobresalto, del organismo, a un cuerpo ya considerado como extraño… Pero compruebo que sí, lo es, ese nombre y apellidos son los míos, ese nombre de hombre soy yo…

 …Y más si van acompañados como representante de una de las muchas asociaciones profesionales empresariales que ayudé a fundar hace ya muchos lustros, en una época de tontísimus utilísimus, cum laude y distintintivo púrpura. Cuando me dejaba la piel, medios, tiempo y patrimonio en servir a una sociedad en la que confundía idea por ideal... Vale: me imponen una sanción por presentar fuera de plazo una declaración… ¡siete años después de haberme jubilado de todos mis costosos laureles!. Como el Cid, que perdía batallas después de muerto…¿o no era así?.. ¡Manda güevos!.. con “g” de Galindo, que, en nueve años desde que lo dejé todo, no se acuerde ya nadie ni de mi nombre en la Confederación a la que tanto serví, pero aún tengan y retengan ese nombre en Hacienda, desde la que nada me deben, y a la que nada quiero deber tampoco…

 La explicación es sencilla: simplemente me han borrado del panteón de hombres ilustres, pero me han mantenido en los devocionarios de la Agencia Tributaria. Si en algo fallamos – habrán pensado – que lo llamen a él en vez de a los que hoy corresponda, pues es una manera de expresarle de paso nuestro más afectuoso saludo, y decirle que aún alguien se acuerda de sus servicios prestados… Pero, no, gracias, delego tal honor, que creo inmerecido por mi parte. Ya me pagué suficientes medallas en su día (demasiado caras, por cierto) para que me sigan costando unos galones que me los dejé en batallas que apenas rindieron frutos…

 Este tardío galardón se apegaba a mí más de lo deseado, apreciado y merecido. Aparte de dar parte. A la COEC, naturalmente, de esa incorrespondida e inmerecida herencia, acudí a la Oficina Tributaria de servicio en mi Ayuntamiento… Nada, caballero, nosotros somos AT de la Comunidad Autónoma, sí, pero de la nacional, que es de donde le viene la chinche, no. Así que vobis vobiscum. Lo que le aconsejo, aparte del aviso a su exCoec, es que rellene y mande aqueste impreso con sus alegaciones a la capital de la taífa murciana, por si las moscas del marrano, y muy señor nuestro… Ante mi boquiabertura… De nada, tome usía la vía de Ventanilla Única, please… Pues, equespíritu tuo, gentil dama, si a la cita de aquí (una semana) le añado la del ventanuco único, se me pasan todos los plazos oficiales habidos y por haber dados por tita Hacienda, usted me comprenda…Ya, mire, en Correos hay una ventanilla de éstas de pago, así que Ítem Misa Est y vaya usted con Dios… 

 Y entre todas estas inquietudes traídas por el regalo del pasado me andaba yo, cuando tales disquisiciones me iban asaltando y retrotrayendo a ese mismo pasado. Y recordando situaciones, personas, cuándos, cómos y porquéses; preocupaciones caducadas y afanes tunelados por el tiempo, como fantasmas, como recuerdos no pensados y pesadillas no soñadas… Comento con alguien de entonces estas sensaciones, y creo que dá en el clavo de mi ataúd: eso es un ayer que no tienes bien enterrado, amigo mío, así que dale sepultura de una puta vez… Cierto, compadre, pero es que una esquela del pasado en formato Hacienda me ha jodido al zombi, ¿estamos?.. Por nadie pase, acho… 

 Pero como pasar, ha pasado ya una década DE todo aquello… y lo que es peor, yo pasé más de tres décadas EN todo aquello. O sea, que me pasé de rosquilla. Demasiado servicio para que nadie crea que no me he servido de él, pero que él sí se ha servido de mí… Nadie puede ser tan memo, pensarán muchos. Y eso es lo malo: que yo sí puedo ser tan bobo como para eso y para más, y que aún no ha pasado tanto tiempo de luto como cavando la viña… Entonces, a estas alturas, te viene una postal con un retraso de años en la entrega, y, claro, te cagas en el santo cromo, porque en lugar de un Deo Gratias te trae un Admonitio paganorum… 

 Espero no me vengan más consecuencias de las gilipolleces que hice entonces. Fueron muchas, sí, lo confieso, pero todas sin mala intención, de verdad, aunque les cueste trabajo creerlo, se lo juro a ustedes por mis momias… A lo único que ya aspiro es a no acordarme de nada y que nadie se acuerde de mí… Por favor.

 MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / https://miguel2448.wixsite.com/escriburgo / viernes 10,30 h. http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php

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