La web loslibros.com me pidió una reseña sobre
Ernesto Cardenal. Allí está colgada para quien quiera leerla. Lo curioso del
caso es que, entre otras cosas, aludía a lo que este padre de la Teología de la
Liberación decía sobre que Dios se ha hecho a un lado en los manejos del mundo
para que el hombre, usando de su libre albedrío, aprenda de sus errores. Si
bien Su presencia reside en Su esencia, que no en Su ausencia. Pues bien, han
sido muchos los e-mails recibidos que oscilan entre la curiosidad y la
indignación. Veamos… Yo creo, igual que Cardenal, que Dios puede intervenir sin
necesidad de interferir, no sé si me explico… Él tiene sobrada capacidad,
naturalmente, para que su intervención se realice a través de la propia
humanidad sin que ésta suponga la más mínima interferencia en los asuntos
humanos. Intentaré aclararlo con una especie de parábola de mi invención,
aunque bien sé que al docto e ilustrado católico cerrajón, que haberlos
háyslos, le sonará a doctrina gnóstica. Pero conste que es de cosecha propia,
gnosticismos aparte.
Había un señor con muchos
hijos, gozando de un lugar perfecto, sin necesidades, sin sufrimientos, sin
limitaciones, donde todo el mundo era feliz y todos vivían en la mayor
plenitud. Un día, los hijos se dijeron: “construyamos
un gran escenario, confeccionemos multitud de decorados, procurémonos un
extenso attrezzo para todos, y montemos un grandioso teatro donde divertirnos
interactuando unos con otros. Nosotros seremos a la vez guionistas,
realizadores y actores de nuestras propias obras”. Y así mismo lo hicieron.
Y comenzaron a interpretar sus imaginadas historias, y a desarrollar sus
comedias y sus dramas. Y unos entraban y salían de escena, y otros hacían mutis
por el foro y volvían a entrar al tiempo escenificando otro personaje distinto
del anterior. Mientras, otros cambiaban los elementos del decorado para que los
actores hermanos siguieran actuando en el gran teatro de su mundo…
… Y ocurrió que fueron
aceptando su ficción como si fuese su realidad. Y perdieron la visión y la
percepción de la existencia más allá del escenario. Y ya solo vivían las
fugaces alegrías, y la falsa felicidad, y las tristezas, desgracias y maldades
de sus propias historias. Y entendieron como auténtico lo que era falso, y
creyeron verdad lo que era mentira. Y los personajes suplantaron a las
personas. Entonces, los sirvientes dijeron al señor, que miraba la obra: “fíjate que tus hijos parecen estar
haciéndose daño en ese juego que representan…”. Mas el señor, les contestó:
“dejadlos hacer su juego, puesto que es su
voluntad y lo han elegido en libertad. Cuando el sufrimiento que creen padecer
les abra los ojos de nuevo a la verdad, habrán aprendido lo que jamás de otra
forma podrían aprender”.
Fin del cuento,
maríasarmiento. Ahora, si me lo permiten, cambio de cuadro y me pego un bote a
la física quántica. Y me doy un salto al últimamente famoso por reconocido
Bosón de Higgs, al que han dado por llamar “la partícula de Dios”. Aunque
también podría ser llamada la partícula del diablo, si tenemos en cuenta el principio
de la materialidad también en el mundo, demonio y carne, además de que el
segundo es parte intrínseca del Primero, y si bien el Uno podría existir sin el
otro, al otro le sería imposible existir sin el Uno. ¿No estamos de acuerdo?..
Pos miren y admiren vuesas mercedes:
Resulta que el puñetero bosón
del señor Higgs viene a ser una (ya no desconocida) partícula de energía, que
en un visto y no visto – la trillonésima parte de un segundo – atrae hacia sí a
otras partículas energéticas próximas y prójimas, que hacen que frene su
velocidad y, por lo tanto, disminuya su vibración, convirtiéndose de este modo
en una partícula de masa. Ésta es la síntesis, claro. Pero hete aquí que
tenemos la energía que otorga existencia a la masa, la masa que viene a configurar
a la materia, la materia que da nacimiento a las formas, y las formas que conforman los universos, los
mundos, los cuerpos… los escenarios cambiantes, los decorados variados, los atrezzos
infinitos enfín… ¿Me siguen ustedes..?
Posesaeslacosa, mariposa.
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