VERDAD O MENTIRA
¿Qué es la verdad y qué es la mentira?.. Ahí es
nada. Yo, al menos, no me atrevo a soltar una definición categórica del
concepto Verdad o el concepto Mentira. Existe la verdad oficial, la verdad
dogmática (o impuesta), la verdad interesada, la verdad competente o la verdad
impertinente. Incluso hay muchas más clases y naturalezas de verdades. Tantas
como colectivos, tribus y hasta personas existen. Tú tienes tu verdad y yo
tengo la mía. La verdad, por sí sola, independiente de la gente que la
interpreta, lo cierto es que no tiene más valor que el que los seres humanos
quieran otorgarle… Por ejemplo, si este concepto lo estuviéramos discutiendo en
un ambiente religioso, la respuesta del que ostenta autoridad en la materia
sería categórica: La Verdad es Dios… Dios es la verdad absoluta, pues en Dios
no cabe la mentira. Correcto. Pero en los intérpretes de Dios sí que cabe la
manipulación, la falsedad, el engaño… Así que…
Sea
como fuere, el caso es que la mentira no puede existir sin la verdad. Lo falso
necesita construirse sobre lo verdadero. Tanto consciente como
inconscientemente. Un mito se erige sobre una base auténtica. Siempre. Las
mentiras históricas han nacido de las verdades históricas. Invariablemente. No
puede ser de otra manera. Por eso la sabiduría cierta del antiguo refrán,
cuando reza que “no hay mayor mentira que
una verdad a medias”… Es que, en esto se basa, precisamente, el moderno
concepto de la “postverdad”. En las medias verdades. La mentira empieza a vivir
cuando parasita una verdad. La coloniza, la empozoña, se nutre de ella, y hace
nacer una verdad falsa, deconstruida y reconstruida, como los platos de la nouvell couisine. Una postverdad, o como
su propia semántica indica, un después de la verdadera verdad, un detrás de la
verdad auténtica, viene la falsa. Mentira con apariencia de verdad. Luego solo
hay que aplicarle aquel viejo principio que recomendaba el ministro de
propaganda nazi, Göebbels, aquello de “repite una mentira de continuo hasta que
se convierta en verdad”. Después funciona lo que decía aquel filósofo griego –
creo que Esquilo – de que “la verdad
convertida en mentira reside mejor en el que cree en ella que en la auténtica
realidad”.
Pero
pongamos un ejemplo para mejor entender el funcionamiento de la mentira sobre
la verdad. Y si es actual, mucho mejor para poder comprenderlo. Hace unos
meses, el independentismo catalán, con el inefable Puigdemont a la cabeza, se
encargaron de difundir un estudio sobre la calidad democrática de los países,
que hizo el semanario británico The Economist, y que suele publicar anualmente
(por supuesto, desde su punto de vista british
autoexiliado de Europa) y que no deja de estar condicionado por su situación
tras el Bréxit. Y dice que España estaba al borde de convertirse en una “flawed democracy”, o democracia
imperfecta, por los últimos casos conocidos que ponen en duda la libertad de
expresión. Vale. Nuestro país está a punto de dejar de ser una “full democracy”, o democracia plena. De
acuerdo. Pero lo que callan, ocultan, secuestran y omiten de ese informe es que
The Economist considera que en el mundo solo hay 17 democracias plenas. España,
el año pasado ocupaba el lugar 17, y este año ha bajado al puesto 19. Bien.
Consideran ahora, sin embargo, que, según esa misma clasificación, Italia ocupa
el lugar 21, no es una full democracy.
Ni Japón, con el 23. Ni siquiera Francia, en el puesto 29. Ni EE.UU. tampoco…
Pero es que, la propia Bélgica a donde huyó Puigdemont como modelo democrático,
¡ ostenta el lugar 32 !... El fantasma de Waterloo (hoy en Alemania) carga
contra una España falta de democracia desde un país trece puestos por debajo en
esa misma calidad democrática.
¿Qué
quiere esto decir?.. Pues lo que alegaba al principio: que la mentira anda
íntimamente unida a la verdad. Que el embuste necesita disfrazarse de verdad
para poder ser creíble… En este caso que acabo de exponer, de la forma más
plausible, de la manera más fácil y tragable, simplemente lanzando una verdad
parcial, mutilada, una noticia “capada”, y sacada de contexto, secuestrando la
mayor parte de la información. En el “affaire” catalán se ha usado y abusado de
estas técnicas de fabricación de mentiras, por sistema. Su gobierno es una
factoría de mentiras. Podríamos decir que la estrategia de su “prosés” se basa prácticamente en ello,
en acumular muchas mentiras alrededor de una mentira totémica.
…Y
ya solo digo un par de cosas más. Primera, la actual omnipresencia todopoderosa
de los medios de comunicación (incluyo en esto a las redes, claro) nos está
condenando a nadar en una sociedad inundada de mentiras (medias verdades) o
postverdad. Y segunda, publique lo que publique The Economist, España no es una
democracia completa ni perfecta. Solo hay que examinar la ley electoral para
ver que es más partitocracia que democracia. Y es que no existen las
democracias perfectas, solo hay unas mejores que otras, nada más… Pero el arte
de la mentira es usado por todos los gobiernos del mundo en mayor o menor
grado. Lo único a lo que podemos aspirar es a que exista la infraestructura
necesaria para hacerles frente y que no creen un mundo paralelo hecho de
mentiras, donde la verdad muera asfixiada por su hermana gemela, pero falsa.
Y
estamos viviendo unos tiempos en que se intenta deconstruír esa verdad, igual
que hacen los chefs-excelencias con el gazpacho.
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / www.escriburgo.com / viernes 10,30 h.
http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php
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