¿Y DE MI INDEPENDENSI, QUÉ..?
No
hace mucho, se cumplió un año del sucedido de aquel tribunal alemán que negó la
extradición (euro-órden) del molt
honorable huído por perseguido Puigdemont, y de los seguidos reveses cosechados
por el juez instructor Llarena desde Bélgica y Reino Unido. Y algunas meteduras
de pata hubo, aunque nos cueste reconocerlo. Aquello sirvió para que el
independentismo catalanoide lanzara una gigantesca campaña
político-propagandística ante las instituciones europeas sobre su narcisista
victimismo, y la abusona y antidemocrática España de los collons…
Ahora, instituciones y
tribunales europeos comienzan a retornarles toda esa cacharrería y cohetería
con acíbar en las puntas de las lanzas que se les han vuelto cañas envenenadas.
Las mieles se les han tornado en hieles, y las fanfarrias en “butifarrias”… A
primeros de Julio, por ejemplo, la Comisión Europea denegó la petición de
Carles (Napoleón) Puigdemont de activar contra España las sanciones del
Artículo 7 del Tratado de Lisboa. Lo del cuento chino aquel del “no respeto a las minorías”. Bruselas les
contesta que la Ley de Transitoriedad Jurídica y Fundacional de la República
Catalana de 07/09/2017 es tan ilegal como la incoada contra Varsovia por
gubernamentalizar la selección de jueces polacos… ¡¡ Toma castaña pilonga!!
El huido Puigdemont había
convocado en Estrasburgo una manifestasió
de protesta, porque el Tribunal de Justicia de la UE le denegó, a él y a su
compadre Toni Comín, la medida cautelar que les aseguraba su acceso a la
condición de eurodiputados. El Tribunal dictaminó que la Cámara actuó
correctamente al excluirlos, y que “el
requisito incumplido de acatar la Constitución española, ha de ser resuelto por
las autoridades españolas”. Más claro, agüita de mayo… 24 horas antes de
esta manifestación convocada por él mismo, rehuyó acudir a su propia protesta,
cuya ridícula y patética asistencia
hubiera descuajeringado su “internalización del conflicto”, como dicen
los cobardes que se aflojan a última hora y dejan colgados a los tontos
desprevenidos que acuden sin saberlo. Todo un fiasco, por no decir un asco..
El convocante no compareció, salvo a través de
un vídeo para gritar que “esta no es
nuestra Europa”, y que “los buenos no
tienen garantizados sus derechos”. Su llorón ventajismo se muestra europeísta
cuando logra un triunfo, y abiertamente antieuropeísta cuando cosecha un
fracaso… Hay otras tres resoluciones del Tribunal de Derechos Humanos de
Estrasburgo desestimadas y contrarias a los independentistas, y resulta
curioso, extremadamente curioso, el campaneo que los medios hacen cuando
resultan favorables a sus tésis, y el silencio omnímodo con que se cubren
cuando éstas son contrarias a ellas.
La principal de esas, la del 28
de Mayo, de enorme trascendencia para lo del “prosés”, sentencia que “el Tribunal Constitucional Español tuvo
razón al validar el 155 como legítimo en Toda su extensión”, e incluso
califica la medida de “necesaria”…
También Estrasburgo ha denegado la petición de la ex presidenta del Parlament, Carme
Forcadell, justificando la suspensión por parte de nuestro Constitucional de su
Pleno Parlamentario del 09/10/17 en que se iba a activar la declaración de
independencia, y lo justifica: “se hace
necesario en una sociedad democrática en aras de la seguridad pública, la
defensa del órden y la protección de derechos y libertades de terceros, frente
a los abusos cometidos por esa misma mayoría parlamentaria”…
La guinda de este sabroso pastel
la pusieron los Tribunales europeos en lo de que “es obligatorio cumplir las sentencias de los Tribunales
Constitucionales”, y que “se pueden
hacer campañas para cambiar las leyes, pero siempre que los medios utilizados
sean legales”. Ítem más: “que las
modificaciones propuestas sean compatibles con los principios democráticos
establecidos”. Y terminando su larga exposición con que “el Constitucional español honró una
necesidad social apremiante: la garantía del propio órden constitucional”…
Demoledora sentencia, dictada en francés, (se supone que el fugado en Waterloo
lo entiende) de la que ni el huido, ni Torra, ni miembro de govern alguno, ni de ninguna plataforma
ni partido soberanista, ni res de res
de nadie ni ninguno, ha dicho una sola palabra ni hecho comentario alguno.
Si yo les doy la tabarra con
esto, aquí esta semana, es porque creo que el resto de la sociedad española
tenemos derecho a saber de las alegrías y las justicias que Europa nos depara –
no solo de las tristezas y cabreos infligidos por el catalanufismo extremoso y
sarnoso – y con lo que poder contestarles con la cabeza alta y el ánimo
enhiesto y dispuesto. Que no todo es como nos lo cuentan, y se empeñan en que
creamos lo que no es auténtica realidad. Que no sé yo porqué… Pero cuando ellos
llevan una patochada al Tribunal de Estrasburgo, todos, incluidos nuestros
propios medios, nos lo venden como lo del Cid, pero cuando Estrasburgo se lo
devuelve con una pedorreta, todo el mundo lo calla…
Y no, no llevan razón. Ninguna…
Ni en los modos ni en las formas. Y Europa se lo ha dicho por activa y por
pasiva y por masiego. Que nonis con
la Ley en la mano, que no insistan, y que no vendan lo que no va a comprar
nadie. Y esto hemos de saberlo todos los ciudadanos de este ninguneado y porculeado país. Todos somos Europa.
Solo ellos quieren que Europa sea catalana… Pero eso no puede ser.
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