DONDE SE DIJO DIGO...

 

(de Europa Press)

Que España está a la cola de la Europa desarrollada en materia de investigación científica es un hecho ya casi contrastado. En Enero de 2021 se hizo un esfuerzo, bajo el paragua de fondos europeos, en poner en marcha el Programa María Zambrano, para la captación de jóvenes talentos, españoles o extranjeros, que, repartidos por todo el mundo, quisieran ganarse las habichuelas en este país, tan necesitado por otro lado, de su concurso profesional. Aquél, hoy extinto, Ministerio de Universidades, logró el milagro de traer y atraer a 700 científicos de contrastada capacidad, trayectoria y valía, muchos de ellos compatriotas bregando en prestigiosas universidades europeas y americanas.

Sorprendentemente, en la actualidad, se encuentran a la deriva, sin planes de consolidación de programas ni de sus puestos, y pensando en volver a hacer las maletas e irse para ya no regresar jamás a un país, el suyo, que les ha engañado miserablemente. Aunque en su contrato existía un compromiso escrito de estabilización tras el periodo de tres años, no se ha cumplido en modo alguno, y su porvenir, fijo donde antes estaban, les queda ahora en el aire… No les dejan optar a nuestros fijos al considerarlos externos; tampoco pueden liderar proyectos de investigación si no extienden su estancia (el ratón que se muerde la cola); y aseguran que “han vampirizado los fondos europeos, y no han gastado un euro en nosotros”.

Yo no sé a ustedes qué les parecerá esto, o si, salvada la fiesta de la sagrada morcilla, el festival del talycual y el campeonato del boniato, les dará igual este tema por su intrascendencia, pero, aparte la supina ignorancia del general del personal, que no es poca por cierto, a mí, personalmente, me parece una golfería, una iresponsabilidad enorme para con este país, y una injustificable canallada para con estos profesionales que vinieron a levantar el humilde índice de investigación científica de aquí, si es que nuestra incultura de garrafa aún nos deja poder apreciar tal desgracia.

Y lo que a mí me alarma es que este desastre lo está protagonizando un gobierno que se tiene por culto, de izquierdas y progresista. Tremendo. Si llegara al poder la derecha/ona dura, que todo esto la trae sin cuidado – no digamos Vox y su hemorroide Salf – podría llegar a explicarmelo, si bien no tiene explicación racional alguna en ninguna nación que se precie; pero en lo que tenemos, que tanto dicen que son, porromponpón, y que presumen de ser… si esto es así, entonces apaga y vámonos. Tendré que creer a los que dicen que a nuestro mandarín lo único que le hace tilín son las poses y selfies que lo mantienen en el poder… Puede ser, pero de lo que sí estoy ya convencido es que sus promesas solo valen hasta lo que le sirvan a él. Después, dónde dije digo…

Todos estos afectados han decidido hacer pública su situación (EP-15/4), y no solo en la Comisión de Ciencia, amparados (menos mal) por Sumar… Sin embargo, me temo, y perdonen ustedes mi pesimismo al respecto, que el tal público, osea, nosotros; osea, todos nosotros, nos importa un carajo del ajo de abajo tal situación; y eso a pesar de lo que supone para nuestra salud, para nuestra calidad de vida, para nuestra dignidad como ciudadanos de un país digamos que “desarrollado”; o para nuestra vergüenza torera como pueblo o lo que seamos… Nosotros como colectivo estamos retratados con letras de molde en el titular de L.O. del 7/4: “La ciudadanía, encandilada por el reparto de regalos del Entierro de la Sardina”. Eso lo dice todo.

Así que aspiran a poder reunirse con el actual Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, que, por cierto, no ha hecho declaración alguna a este respecto, al menos hasta el momento en que escribo esta crónica… Curiosamente, y esto sí que resulta acojonante, tampoco se ha pronunciado la Conferencia de Rectores que luego tanto se queja de la falta de investigación. Así que la pelota queda en el tejado de Diana Morant, su ministra, que tendrá que sacar financiación del Consejo de Universidades, si éste se deja, claro, pues con su presupuesto más que diezmado, ya optaron por descontar a “los zambranos” todas las cuotas patronales, reduciéndoles, encima, su pactado sueldo a la mitad, una vez desquitados los impuestos… eso, encima.

Y no le hecho la culpa a las Universidades, sino a los que recortan el pienso también a esas universidades, esto es: el mismo gobierno que va a dejar plantados a los investigadores que repescó del mundo entero; el mismo gobierno que alardea de apostar por la educación, por la investigación, por la ciencia y por la cultura… Yo creo que si la única diferencia existente entre las ideologías de izquierda y de derecha, en teoría, claro, desaparece, ¿en qué y dónde se diferenciará la una de la otra?.. A mí no me lo expliquen, que yo me he vuelto un descreído político. Pregúntensenlo a ustedes mismos, si en algo les interesa, naturalmente…

Julio Villa García, su portavoz, por ejemplo, asturiano, a sus 42 años se había forjado un brillante futuro ascendiendo a profesor titular de la Universidad de Mánchester, cuando creyó los cantos de sirena, y volvió ilusionado a “su” universidad de orígen querida, donde se había licenciado en filología inglesa y tal… Hoy se ve engañado y abandonado. Existen 699 historias más como esa en que han sido estafados en sus ilusiones y en sus futuros. Son brillantes investigadores y científicos, y no les faltará trabajo allí donde vuelvan, estoy seguro… Sin embargo, la credibilidad de España y de su gobierno va a quedar hecha unos zorros. Y por lo que se vé, si a los españoles se lo trae al pairo, a sus gobernantes también les da lo mismo… Tal para cual, tío Pascual.

Miguel Galindo Sánchez / info@escriburgo.com / http://www.escriburgo.com


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