LA PAZ

 

(de Antena3)

De nada se habla tanto y se hace tan poco. De hecho, la incongruencia y el fariseísmo es tan grande, hemos de reconocerlo, que cada vez que se habla de paz es para, en su nombre, hacer la guerra… Gandhi dijo poco de ella, pero acertado: “No hay camino para la paz, la paz es el camino”. El mundo, los políticos, los líderes de las naciones hablan mucho sobre la paz, es una palabra que no se les cae de la boca, pero porque la usan hipócritamente cada vez que tienen que justificar una guerra. Esa, y no otra, piénsenlo, es la única realidad que actualmente vivimos.

Si lo analizamos, nos daremos cuenta que los políticos justifican la guerra, y nosotros la hacemos… Ellos, porque mienten y falsean descaradamente, y nosotros porque somos los que apretamos el gatillo (el de las balas y el de las lenguas). Si las personas se negaran a formar ejércitos y a ejecutar órdenes – no hay razones patrióticas, solo criminales – las cosas serían distintas. Es elegir la paz, no con la boca, sino con todas las consecuencias; no con discursitos, sino con hechos y posturas efectivas y definitivas. Aunque haya que plantarse ante los que votamos, y que dicen que nos representan porque hacen las cosas por nosotros. Es mentira.

Un ejemplo práctico (LO.9/5): Vox dijo de la iniciativa sanchista sobre la guerra de Gaza que “…va en contra del pueblo de Israel y de su legitimidad para existir” (luego fue en persona a animar al genocida a seguir asesinando). Esa afirmación, que comparten muchos, es de una atroz manipulación, pues Israel SÏ que está negando la legítima existencia de Palestina. La falsedad que encierra es tana brutal, que está diciendo que un país puede justificar su existencia a costa de la existencia de otro, y eso es una inmensa falacia y una enorme barbaridad… Eso mismo es lo que hace Putin con Ucrania para – dice – asegurar la existencia de Rusia. Sangrientas mentiras apoyadas y participadas por muchos de nuestros electos políticos.

Yo veo el nudo del mal precisamente en tal conexión: en el apoyo que los ciudadanos mostramos a los que nos gobiernan, y que hablan de paz justificando la guerra en un discurso de pervertida demagogia. Ellos nos hacen confundir la paz como un complemento de la guerra, cuando, en realidad, es su antítesis… Los bulos y embustes son la herramienta utilizada para “colarnos” tales atrocidades… Antes, claro, se nos ha sometido a planes deseducativos en los que nos castran de toda capacidad de análisis y de reflexión, y nos convierten en recipientes huecos de sus interesadas ignominias… Otro ejemplo doméstico (EP-9/5): “PP y Vox acusan al Fiscal General por órdenes que no dio y por hechos que nunca sucedieron, y que publicaron medios denunciados por difundir falsedades”… La cacería se apoyó en media docena de inventados y nunca probados embustes y dos nombramientos anulados por el Tribunal Supremo.

La estrategia es sencilla: se falsea la realidad y se oculta la verdad. Luego se suelta y se “vende” a los que ya han sido adiestrados – o comprados – para crear bulos y multiplicarlos como los excelentes sicarios que son. No es otra cosa que el método Göebbels, ya sobradamente inventado y vuelto a poner en práctica. Con eso se justificó el genocidio nazi y se abrió la puerta a la II Guerra Mundial… Ese, y no otro, es el caldo de cultivo donde, hablando de paz, se construye la guerra. Y no solo se construye, también se alienta, se justifica y hasta se participa. Un bulo, una corriente de mentiras, una buena correa de transmisión a mano hecha de gente (no de personas), y a la paz se le arma para que mate en nombre de la Paz.

No me vayan a “patibular” porque ambos ejemplos, por caseros, los haya sacado de la derecha recalcitrante y poco edificante… El cáncer está en todos los partidos que han hecho de su ideología un búnker. Y aquí militan, en mayor o menor grado, los unos y los otros. Precisamente porque han convertido la democracia en partitocracia, han dado nacimiento a los populismos más retrógrados de izquierda y derecha… El objetivo solo es uno: conquistar y mantener el poder por los medios que sea (hace 90 años lo hizo igual Hitler,exáctamente igual que Stalin)). La ética, como la paz, han sido sus primeras víctimas.

El otro día leí a un don Perogrullo que filosofaba el tío: “La guerra es la ausencia de la paz”… Claro, como también lo contrario, la paz debe ser la ausencia de la guerra, ¡no te jode!.. Sin embargo, nos han acostumbrado a tragar como “tiempos de paz” lo que siempre, siempre, ha existido la ausencia de tal paz. Esto nos está diciendo claramente que nos están colocando la guerra como paz, y nosotros nos lo estamos tragando y aceptando, como las “menteocupadas” que en verdad somos.

En nuestro programa radiofónico de La Peonza sobre la guerra, todos coincidimos que es intrínseca en el ser humano, donde el principio del mismo, que nunca lograremos sofocar, es el ansia de “dominio animal” que padecemos… Yo lo veo gráficamente como un gran campo donde prolifera la cizaña, que se luce y se reproduce a sí misma sin ningún freno. Es lo que manda. Pero también creo, o quiero creer, que existen plantadas semillas dispersas de buen trigo; y que, tarde o temprano, habrán de nacer y elevar sus espigas, plantándole cara a la mala hierba, y entonces, a lo mejor, pues no sé…

Imagino que el comienzo, como todo comienzo, ha de darse en la elección personal. Cada persona, cada ser humano, tendrá que empezar a elegir entre estar en el roal trigueño o en el de la puta cizaña. Sin matices ni “peros” algunos… O eres ser de paz, o eres ser de guerra, pero no puedes servir a ambos señores; con todas las consecuencias, y sin medianerías. No se me ocurre otra cosa. El sí, bueno, pero, claro… en esto no existe. Para que el hombre deje de ser un lobo para el hombre, como reza el muy antiguo axioma, ha de empezar por ser Hombre, que todavía no se ha manifestado como tal… Es posible que creamos que sí, pero aún no lo es. Sin paz no existe la humanidad como tal.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – info@escriburgo.com

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