BULOLANDIA
Vivimos en un mundo donde le concedemos a los bulos una credibilidad que
no le damos, por ejemplo, a los propios periódicos, y eso a pesar de que
también la prensa, a veces, se deja llevar por un cierto baile de lo mediático,
obviando otras realidades, mas, aún y así, no suele darse el amarillismo, al
menos en España. De hecho, es muy raro. Tampoco los columnistas nos dedicamos a
eso. Podemos estar más o menos acertados en nuestros análisis de opinión, o
comentarios, pero no nos dedicamos a difundir mentiras. El problema es que la gente, el común del personal, ya casi no
lee el periódico, solo lee los whatshapps, y ese es su único, dudoso,
adulterado y a veces venenoso producto con que alimenta sus conocimientos y
forma la cada vez más deformada, pero famosa, “opinión pública”. Y suele
abrirse paso una realidad manipulada. Bulolandia, llama el eminente Manuel
Rivas a este país.
Por
ejemplo… si les ha llegado un vídeo en el que aparecen alumnos de tez morena
arrojando libros y vejando a una profesora, poniendo la clase patas arriba,
identificándolo con los comportamientos de los denigrados “menas” – menores
extranjero no acompañados . han de saber que esos incidentes escolares
pertenecen a Brasil, aunque se presenten como sucedidos en España. Todo falso.
Forma parte de la campaña de demonización desatada injustamente sobre ese
colectivo por nuestra extrema derecha… Si han recibido un supuesto documento de
un no menos supuesto funcionario del Inem, en el que “demuestra” que un
inmigrante tiene más fácil recibir ayudas oficiales que un ciudadano español,
sepan que es un bulo absoluto, una mentira integral. Viene del mismo sector
ultra… Si les llega la imagen de un corazón agusanado, con la leyenda de que es
el órgano de un niño que compartía juegos con su perro, sepan que es la víscera
de un perro, precisamente, y que es un bulo contra los animales de maldad
intrínseca. Y así casi todos, por no decir todos… Se han contrastado más de 300
embustes que circulan por las redes, un tercio de los cuales van orientados en
contra de la emigración, la igualdad y derechos de la mujer, y de otros
derechos humanos, con el fin de fomentar una xenofobia manifiesta.
Hace
apenas una década que la justicia alemana, tras revisar a fondo tres veces,
tres, todo el proceso de la quema del Reichstag, sede del Parlamento durante la
República de Weymar, declaró inocente a Marinus Van der Lubbe, virtual ejecutor
del mismo el 27/02/33 y señalado como cabeza de turco por el nazismo dominante
en las instituciones germanas. Marinus, un pobre revolucionario holandés, fue
condenado y guillotinado por un delito que cometieron otros muy distintos… El
presidente Von Hindemburg se doblegó a la exigencia del nuevo canciller, Adolf
Hitler, firmando un decreto que suspendía las libertades de los extranjeros,
comunistas y antifascistas, sin ni siquiera respetar la inmunidad parlamentaria
de los diputados opositores. Tal actuación abrió las puertas a la dictadura
nazi. Cuánto vino después fue el horror más grande de la historia moderna. Si no
llega a caer el nazismo, esa mentira repugnante sobre tal chivo expiatorio,
hubiera perdurado hasta ahora, y hubiera tomado carta de naturaleza. La mentira
habría triunfado sobre la verdad, y la injusticia sobre la propia Justicia.
…Como
lo del Guernika, donde la propaganda fascista de Hitler y Franco achacó la
autoría de la masacre precisamente a las víctimas. Según ellos, fue provocado
por gudaris y “rojos” para poder así inculpar a los nacionales “fascistas” de
la matanza indiscriminada propiciada sobre la inocente población civil. Al
perder el fascismo europeo la guerra, el embuste no perseveró, pero en la
España llamada “nacional” fue versión obligatoria y oficial durante mucho
tiempo, y no la verdad de los hechos reales ante la historia. Ese fue, quizá,
el bulo más canalla y soez del aparato de propaganda franquista a fin de
encubrir a la Legión Cóndor de su autoría, y a ellos mismos, por su
asentimiento para con la masacre. Pero el manual del sistema göebbeliano de
repetir una mentira hasta que se convierta en verdad, que es el que se usaba,
es la misma estrategia utilizada hoy por las Face News, o falsas noticias. Y
eso lleva implícito un indisimulado intento de maldad añadida.
El
paralelismo histórico que existe con la actualidad, en el revival de populismo
ultra y asalto al poder por la extrema derecha, resulta más que evidente. Las
formas y maneras recuerdan demasiado a aquellos métodos. Son pasmosamente
gráficos y parecidos, por no decir idénticos… incluso en los objetivos. El
hecho de tirar explosivos en los Centros de Acogida de Menores Extranjeros
resulta demasiado significativo como para pretender ignorarlo. Las falsedades
que sus políticos empiezan a verter en las cámaras y públicamente, tienen un
objetivo definido. Las justificaciones más descaradas del franquismo trufadas
de mentiras a las que estamos asistiendo van dirigidas a un fin específico, y
lo que es peor, a un público igual de específico.
Porque el verdadero problema está en ese público
receptivo que escucha lo que quiere escuchar, se lo cree porque le conviene
creérselo, y participa de toda esa basura que acepta de buen grado porque le
interesa defenderlo. No solo es la gente que los vota, y así los introduce en
los órganos de poder, es también el mismo personal que acepta los bulos y los esparce
como verdades, convirtiéndose en sus rendidos pregoneros… Esa es, justa y
exactamente, la misma banalidad del mal de la que habla Hanna Ahrendt… Ni más,
ni menos.
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / www.escriburgo.com / viernes 10,30 h.
http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php
/ próximo programa, día 17: BULOLANDIA
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