JUSTICIA O VENGANZA
Alguien dijo alguna vez
que la justicia es la forma más refinada de la venganza, la manera más
civilizada de asegurarse que quien la hace la paga… Y, aunque esto último no
siempre funciona, dado que, si bien es cierto que la justicia es igual para
todos, no es menos cierto que no todos somos iguales ante la justicia, hay que
reconocer que, en cierta forma, y con todos los matices habidos y por haber, la
justicia, en el fondo, no es otra cosa que un ajuste de cuentas, calibrado y
meditado, pesado y pensado, sí, llamémosle venganza justiciera, o justicia
vengadora, pero así es… Lo que pasa es que la definición de venganza tiene una
connotación muy negativa en nuestra sociedad cristianoccidental, y la de la
justicia parece que se justifica mejor, pues, si se fijan ustedes bien fijado,
justificar y justicia vienen de la misma raíz: lo justo, si bien hemos hecho de
ellas conceptos distintos, ideas diferentes…
¿Podemos decir, entonces, que justicia es una
venganza justa?.. Es posible que sí. Vale, ¿y qué es lo que distingue de una
venganza a secas de una vergonzante venganza?.. Pues quizá que el método. Y el
método ha evolucionado mucho a lo largo de las civilizaciones. Hemos pasado del
“ojo por ojo y diente por diente” de la Ley de Talión a un extenso Código Civil
y Penal con el desarrollo de grandes garantías jurídicas y procesales, pasando
por un Código de Hammurabbi, en un intento histórico de establecer leyes y
normas racionales entre el delito y su venganza, e incorporando por el camino un
perfeccionado Código Romano que fue un salto evolutivo y cualitativo en la
aplicación de las leyes. Cierto y verdad. Y muy positivo para la humanidad.
Pero, con todo, no deja de ser una especie de usted no puede, no debe,
vengarse. Nosotros le vengaremos de manera justa, medida y comedida, loable y
responsable… Al fin y al cabo, como decía aquel del principio, una forma
educada, refinada y civilizada de vengar el delito en nombre de la sociedad,
pues si se falta a un solo miembro de esa sociedad se falta a toda la sociedad
entera. Por eso hay que juzgarla bajo las normas, y las leyes, y los códigos,
de la Justicia.
Otra cosa, naturalmente, es que existan leyes justas
o no, eso depende de los legisladores y de los políticos, y estos últimos
últimamente dejan mucho que desear. Por eso que una cosa son las Leyes y otra
cosa es la Justicia, y de ahí que la justicia no siempre sea justa (la justicia
de un estado dictatorial es más injusta que la de un estado democrático, por
ejemplo) aunque siempre sea “la justicia” de ese país… Resulta curioso, e
incongruente, que en un régimen democrático sus ciudadanos puedan criticar la
justicia, y opinar libremente de la “injusticia de la justicia”, y sin embargo,
en uno dictatorial no puedan hacerlo porque “su justicia” no respeta el libre
derecho de opinión. O sea, una justicia más justa es cuestionada, y una
justicia más injusta es aceptada precisamente por la falta de libertad… Es
justo lo que estamos viendo en el contrasentido del problema catalán: que los
separatistas hacen verdaderos esfuerzos por transmitir al exterior y demostrar
que la justicia española es dictatorial y vengativa, perseguidora de los
derechos humanos, y el resto de los españoles nos quejamos de que la justicia
no se comporte precisamente así mismo, tal y como ellos la pintan… Porque, en
realidad, es una justicia que respeta los derechos y las garantías procesales
en lo posible, o, al menos, se esfuerza en ello… Y, sin embargo, dos partes de
la misma sociedad la vemos de forma opuesta y contraria en sí misma, y en ambos
casos la criticamos… Deberíamos pensar en ello.
Pero hay una forma superior de justicia, reconocida
por la Onu desde 1.947, impartida por toda la UE y naciones americanas y
anglosajonas – menos aún en países a la cola, como el nuestro – y en todas las
sociedades avanzadas y desarrolladas, y es la Mediación… Y es una forma
superior de justicia porque no hace falta hacer justicia. Precisamente. La
justicia se establece para castigar el delito, y la Mediación trabaja para que
no se cometa tal delito. Si funciona como justicia restaurativa en la
resolución de conflictos, no se llega a delinquir, y la justicia, entonces,
sirve para sancionar el arreglo, no ningún agravio. Solo a través de la
Mediación se obtiene el acuerdo. Cuando no existe, es cuando hay que acudir a
la justicia, para que vengue a la víctima en su victimario…
Los Mediadores Profesionales se ocupan de esas cosas
avalados por el propio Ministerio de Justicia. Primero, alivia a los
supercargados jueces y juzgados, y segundo, se trasciende en la evolución de la
justicia, haciéndola innecesaria para la resolución previa del conflicto. En
una palabra, deja a la justicia que castigue los crímenes, mientras los
conflictos se solucionan por Mediación… Existen miles, cientos de miles, de
conflictos, domésticos, personales, empresariales, familiares, sociales,
laborales, económicos, etc., cotidianos, que se convierten en miles, cientos de
miles, de pequeñas o medianas venganzas al ser judicializados. Y la venganza
sigue siendo ruin cuando ruines son los motivos, por mucho que denunciemos. A
lo peor, precisamente por eso, porque antes de intentar arreglar nos aprestamos
a vengar, preferimos denunciar antes que mediar… Buscamos el castigo, no la
solución, y eso no deja de ser una venganza, por muy justa que ésta sea… Al
final de todo, tan solo se trata de hablar. Tan simple como eso.
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / www.escriburgo.com / viernes 10,30 h. http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php
Comentarios
Publicar un comentario