CATOLICRISTIANOS


Cuenta González Harbour en una de sus columnas que a un pibe en trance de bautizarse en Argentina, el cura le preguntó: “¿quieres ser cristiano?”, a lo que el crío contestó “lo que quiero es ser amigo de Messi”… El sacerdote reaccionó con sutileza: “…y de Jesús, ¿quieres serlo de Jesús?”, a lo que dijo que “también…”, con lo cual ya se integró entre los miembros de la Iglesia. Uno más a engordar el censo. No es difícil apuntarse al club, según la tal iglesia. Así, por la costumbre, el rito, la tradición y el quedarbien, se contabilizan más de mil millones, y eso, a la hora de sacar pecho y buche, les trae a cuenta… Otra cosa es la escueta realidad desnuda: ¿cuántos son creyentes?, ¿cuántos practicantes?, ¿y qué es lo que practican?, ¿cuántos son cristianos?.. porque una cosa es ser católico, pero otra muy distinta ser cristiano.

Por ejemplo, cuando escribo estas líneas se está produciendo un fenómeno un tanto extraño, si bien que los afectados se guardan muy bien de esquinarlo, taparlo y silenciarlo, por lo que les vale… Últimamente, el Papa se dejó caer en plena Piazza di Sant. Pietri, esta frasecica para enmarcar: “es un pecado grave repeler a los inmigrantes” (EP-31/8), que dejó a medio hacer palmas a los congregados allí presentes. Tampoco ha sido recogida por su Curia, ni por la Conferencia Episcopal Española; ni lo han proclamado en las parroquias entre los parroquianos, que yo sepa. Lingua mordere est. Se dicen entre ellos en conciliábulo e ínterin que “este Papa, nos ha salido cristiano, monsignore”, y siguen a lo suyo… Hasta le ha ratificado a un grupo de periodistas su deseo de echarse un viajecillo por Canarias.

Pero a los que ha cogido también con el paso cambiado es a sus semper-católicos-apostólicos-romanos del PP y sus extremos VOX y Cía… Los ha pillado en pleno endurecimiento posicional contra los inmigrantes. Ha acallado a su portavoz con lo de enviarles a la Armada, pero sí darles una patada en su negro culo y devolverlos al océano. Su socia Meloni ya ha protestado al Vaticano con los mofletes colorados, pero aquí andan con boca cerrada para que no entren moscas… africanas encima. Tan solo Salvador Illa parece defender un humanismo cristiano – el puñetero rojo – que ni siquiera su jefe tiene las agallas de hacerlo abiertamente.

Es curioso… Cuando el Generalifato, que se quitó de en medio a un millón de propios (según Gironella), incluso con la inestimable ayuda de “sus moros”, la Iglesia también dio el golpe de estado junto a él… Levantó el brazo en misas y procesiones; aplaudió las ejecuciones masivas; abrió palios y templos a los genocidas, y co-gobernó cuatro décadas a golpe de nacionalcatolicismo estepario, sin que se le moviera el bonete… George Orwell se sorprende en su “Homenaje a Cataluña” de que los españoles empezaran a reconocer, negándola, “a una Iglesia dedicada a machacar a la población pobre y de izquierdas”, significando a la izquierda atea y laica, y a la derecha a la Iglesia… Pues sí, esa ha sido nuestra historia reciente, potente y patente.

Por eso ahora nos confunde tanto que pase lo que está pasando, y actuamos como si esto fuera circunstancial, tendiendo a ignorarlo… Pero está ocurriendo, y si no lo admitimos es porque también le hacemos el juego a los poderes políticos y fácticos que quieren subvertir los auténticos y genuinos valores de los Evangelios. Es eso mismo lo que está pasando. Ha girado el caleidoscopio de la Historia y nos encontramos con un hombre en el solio pontificio, solo y solitario, que está haciendo la guerra por su cuenta sin tener ni siquiera el apoyo de esos cientos de millones de creyentes/seguidores que presumen ser. Sin embargo, ¿en qué creen y a quiénes siguen?.. Yo me lo pregunto a menudo, y no veo una respuesta clara, ni decidida, ni mucho menos lógica. Pero claro que sé a qué y en quiénes creen: siguen a sus obispos y creen en el Catecismo, no en el Evangelio; practican el catolicismo ritual de procesión y trono, no el cristianismo.

Lo que ha ocurrido es que la llamada “Cristiandad”, ha asociado por los siglos de los siglos, amén, a Papa con Iglesia. Palabra de Papa, palabra de Iglesia, creyendo que la curia es la cadena de transmisión lógica. Pero no es así; la verdadera Historia de la propia Iglesia, y la actualidad, demuestran que son entes distintos, y en ocasiones distantes, con diferencias abisales. El Pontífice es una persona que, a veces, hasta puede pensar por su cuenta, e incluso poseer conciencia propia…Y la Curia es un vasto cuerpo colegial que actúa defendiendo su entidad gregaria y sus intereses corporativos. Y sus privilegios. Y no siempre coinciden ambas posturas… Así que, llegados a este punto, ¿dónde está, o qué es, la Iglesia?.. ¿Es el Papa, o es su Curia?..

En estos momentos de la Historia está meridianamente claro que las diferencias que exhiben ambos estatus, el papal y el cardenalicio, son importantes… Francisco tiene una concepción más cristiana de su misión, e intenta acercar el cristianismo a un catolicismo distanciado de su base evangélica. De ahí sus postulados huérfanos de acogida y sin ningún eco; pero su Curia está enfrentada a un cambio que los compromete en su esencia. Ya ocurrió con Juan XXIII, y con el tiempo los unos acabaron por enterrar los enunciados del otro. Como igual con otros Papas en el pasado, que han muerto en muy sospechosas circunstancias nunca aclaradas. No siempre han sido Iglesia el papado y el arzobispado.

Otra concepción muy conveniente de la idea “Ecclesiam” es que somos (son) todos los fieles incluidos, y el Santo Padre es el Cabeza de la tal Iglesia… Pero tal concepto hoy hace aguas. Actualmente al menos, el Papa Francisco va por un lado, su Curia va por otro, y los fieles ni están ni se les espera… Los llamados creyentes no mueven ficha. Se limitan a sus hormas, dogmas y normas; a sus ritos y tradiciones; a sus cofradías y procesionales, como si eso fuera lo importante del cristianismo; a mantenerse obedientes al cuarteleo episcopal, y a dejar al Papa más solo que la una cuando dice verdades como templos… Aquí en la región, un delegado cirial de inmigraciones se le ha ocurrido decir lo mismo que el Papa, y nuestro Obispo le ha callado la boca por acusica… Sin ningún lugar a dudas, esto es una catolicracia como la copa de un pino… pero nunca, jamás, un cristianismo en sí mismo.

Los dictados crísticos de Jesús distan galaxias de nuestra realidad. Los principios de sus eminencias capelares no pueden estar más alejados del “déjalo todo, niégate a ti mismo, y luego sígueme”… Ninguno lo hacemos, de hecho, pero ellos menos que nadie, que practican la doctrina del acaparar. Han reescrito un neo-evangelio condicionado y acondicionado a sus mitras, no al pueblo, ni al “lo que hagáis por estos desgraciados, por Mí lo hacéis”. No a las personas, no a los seres humanos que sufren… Por eso que si su aparente Cabeza suelta lo que su alma le dicta, y en conciencia siente, todo quisque se queda quieto y callado, como pillados en un renuncio…

 Miren ustedes: yo no me considero católico, tampoco quiero serlo, pueden borrarme cuando quieran; pero me gustaría arrimarme al cristianismo todo lo que me estire el corazón. Sé que ni lo soy, ni conseguiré serlo. Pero, al menos, no me caso con lo falso, quiero denunciar la mentira; proclamar lo que lo mancha y prostituye; y decir cuanto los demás – que se dicen a sí mismos seguidores – se callan. A ver si así me acercara un poquico al Jesús real y me redimiera a mí mismo, aunque sea de mí mismo.

 MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

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