TODO ES NATURAL
La alta portavocía vaticana encargada de estos casos, y ante un cambio en la normativa de valoración de la cosa de los prodigios y milagros, ha dicho recientemente y vuelto a recordar que las apariciones de Garabandal, como las de Prado Nuevo, siguen en stand byte, y que, lo más seguro, es que no sean reconocidas ni homologadas. Las causas que se aducen es que “no aportan señal alguna de que sean de orden sobrenatural”… Pero como la naturaleza de estos acontecimientos no tienen fecha de caducidad, pues quién sabe…
Lo que suele ocurrir en estas cuestiones es que, lo que ayer se consideraba sobrenatural, hoy tienen una explicación natural; por lo que la misma regla de tres indica que lo que hoy se puede considerar sobrenatural, mañana puede entenderse como natural, así que… La cuestión es que se nos ha convencido de alguna manera que la Iglesia es quién tiene autoridad en estas lides; que es la institución experta en dilucidar la sobrenaturalidad de aquestos aconteceres, dejando a un lado a la ciencia, que es la que más puede aportar, según mi muy humilde parecer, claro está.
Si leemos el libro de mi buen amigo José Hernández Mondéjar, que les recomiendo encarecidamente dicho sea de paso, “La No muerte de Jesús”, en buena lógica casi todos los milagros atribuidos a la figura del buen nazareno (y que se han utilizado, por cierto y a mi entender, para enmascarar la importancia de su Mensaje), en la actualidad tienen una explicación sobradamente natural y más que razonable, a la vista de lo que se sabía y creía hace dos mil años, y lo que hoy conocemos… Lo cual viene a incidir en lo que decía que de lo sobrenatural a lo natural es cuestión de tiempo.
Lo cierto y verdad es que la Iglesia sabe más de lo que dice, pero se lo calla porque le conviene… Mientras el personal sea crédulo a la par que inculto, a la católica le viene de perlas, pues así seguirá siendo el árbitro en milagros y prodigios a la hora de evaluar lo que es y lo que no es, ocultando un conocimiento del que está perfectamente al corriente, y que es la rama científica de la física la que más ha avanzado en esos temas. Lo que pasa es que la incultura le es más rentable que el conocimiento, y eso es lo que explota a su favor.
Sabido es, por ejemplo, que todo cuanto existe y conocemos, incluidos nosotros, no es más que un universo de energía que vibra en infinitos grados y niveles, y que conforma desde la materia más grosera a la inteligencia más sutil, así como todas las manifestaciones, físicas o parafisicas, que se dan, o que se puedan dar, en todo el ancho mundo… De hecho, todo ser humano, como entidad consciente de sí misma, somos, aún inconscientemente, agentes operativos causales (que no casuales) de toda manifestación.
Según este principio, sobradamente demostrado por la física quántica (les remito al llamado “Fenómeno del Observador”) , todo, absolutamente todo, lo que se puede considerar milagroso, prodigioso, paranormal o sobrenatural, ocurre por la incidencia directa de nuestra propia atención, aún de forma y manera inconsciente… Dicho de otra manera: nosotros generamos, sumamos y dirigimos la energía encaminada a que se produzca el efecto de la causa que nosotros mismos creamos… u observamos (la Iglesia lo enmascara todo bajo el nombre de Fe), pero también puede llamarse voluntad, esperanza, querencia, confianza…
Esa fuerza puesta en marcha, reforzada y apoyada en un TESTIGO, llamémosle Virgen, Santo, o lo que fuera, multiplicada su potencia y frecuencia por miles, cientos de miles, millones de creyentes en lo mismo, canalizan un potencial energético tal que, enfocado a un determinado objetivo, lo antinatural sería que no llegara a cumplirse lo sobrenatural… A este fenómeno, que en modo alguno es un fenómeno, otros le ponen el nombre de Universo; es lo mismo que si dijeran Dios; es más, según mi opinión, es hasta más ajustado lo segundo, puesto que es de Dios de donde se origina el Universo, y no al revés.
Pero bueno, el principio es el mismo, se rece al tótem (Testigo) que se rece… Es justamente lo que hace secarse las higueras y moverse las montañas. Como si usamos el “energizador” de Lourdes, Fátima, Medgugorje, o la Piedra Negra de La Meca… El poder del Padre, según el propio Cristo, reside, ¡hombres de poca fe!, en nuestro interior. Es pura energía primaria a la que nosotros mismos dotamos de realidad, voluntad e inteligencia. Somos hacedores y deshacedores ignorantes de cuanto creemos hacer, ver y tener.
Por eso me llama la atención (no debería llamármela) el que, a estas alturas del conocimiento, la Iglesia Católica aún actúe de Comisaria-Jefa en calificar o descalificar la autenticidad sobrenatural, lo que solo está en las personas el manifestarse… Pero, claro, actúa desde su “sapiencia” en el manejo de esa infinita energía encauzada hacia sí misma por miles de millones de creyentes, que refuerzan sus dogmas y su palabra. Ella es consciente que se ha instituido a sí misma como ídolo universal, receptora de toda esa energía, y modula por ella misma según sus intereses, claro.
“Nada nuevo hay bajo el sol”, aseguró aquél rey sabio, Salomón, mil años antes de que Cristo lo dijera de otra manera, y lo aplicara de otra forma… No, no hay nada nuevo, y todo sigue siendo lo mismo, aunque no sea igual porque nos hacen parecer que no es lo mismo. Pero lo es, ya lo creo que lo es… a pesar de seguir creyendo en figuritas y estampitas.
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