MURSIYA

 

Este año se lo ha aplicado Murcia de festejos extras (eran pocos y parió la abuela). La excusa: La fundación del Reino de Murcia… Por cierto, y porque viene a cuento, aunque no lo parezca: Cartagena se fundó más de mil años antes. Y lo traigo a colación por la medio-verdad que trae aparejada lo de la fiesta, pues, si de ciudades se trata – que no de reinos – la efemérides (año 825) no es de la fundación, repito, de ningún reino, al menos que la Historia sepa, claro. Se trata de la fundación de la Medina (que quiere decir Ciudad) Mursiya, por Abderramán II, que era el califa de El al Ándalus,  al que pertenecía todo este territorio.

Tan solo mucho después, ya en 1.266, cuatro siglos y pico más tarde, fué cuando Muhammad Ibn Tahir, aprovechando que el Segura pasaba por allí y el desmembramiento de el Al-Ándalus en taífas, instituyó la Taífa (llamémoslo reino si quieren, pero no) de la tal Mursiya… Existe una gran/enorme diferencia. Encima y por si fuese poco, la tuvo que rendir a Jaime I, el cual se la regaló a su yerno, casado con su hija Violante, Alfonso X el Sabio, pasando a ser súbdita de Castilla, a la que pagaba “parias” (tributos) de vasallaje.

Así, sumariamente, y sin extenderme en más detalles, Murcia – Mursiya – pasó a ser parte del reino de Granada (Al-Ándalus), y seguidamente al de Castilla, sin haberle apenas dado tiempo a comerse una rosca… Por si alguno se cree que me estoy inventando una película, ya en 1.265 se sometieron al Tratado de Alcalá de Benzaide, apenas quisieron rebelarse ni levantar su enturbantada cabeza… Lo de su muy famoso “Rey Lobo” (Sad Ibn Mardanis), en realidad no fue rey, sino un líder andalusí que gobernó la Taifa de Mursiya desde 1.147 y que apenas logró anexionar la antigua provincia aledaña de Tudmir, también conocida por Todomir, durante un muy corto espacio de tiempo.

Esto es, Murcia pasó de ser mora a ser cristiana como España pasó de ser monárquica a republicana, casi que de un día para otro. Como un sueño dentro de otro… Si nos vamos a un conocido, y famoso por sus obras, historiador independiente, de la talla de Juan Eslava Galán, apenas dedica un par de páginas escasas a “la conquista Murcia” dentro de toda la historia de la Reconquista. Apenas un apunte de pasada. Pero ello no es debido a menoscabo alguno ni desprecio por su parte; es, simple y llanamente, porque no hay más de dónde sacar…

La realidad real es que España fue ochocientos años musulmana, y apenas hace otros ochocientos que dejó de serlo, y nosotros, los murcianos dentro de ese puzzle, apenas rascamos autonomía en esa olla de intereses históricos, económicos y estratégicos con que se formó lo que hoy conocemos por lo que somos, que, por cierto, esa es otra historia, visto lo visto… Porque, a ver: si hemos de circunscribirnos a la verdad histórica (no a interesadas manipulaciones) tan solo los de la ciudad (medina) de Murcia pueden considerarse mursiyanos de origen; ya que el resto de la región, por mucho indebido Murcia que igual se llame, seríamos todomirenses de origen, pero no mursiyanos… ¿me explico?.. Estoy hablando en puridad, no en calidad, y mucho menos en cualidad, aparte de que a mí eso me da igual.

Nosotros lo único que valoramos es el disfraz, no la Historia. Lo que nos mola es vestirnos de moros y cristianos, llámense por las versiones que se llamen, salir de marcha por las calles haciendo posturitas y luciendo plumas; y encasquetarnos la consabida camisetita de la peña con nombre inventado por derivado. Eso es todo… Y ese todo se hace para, al menos, un par de cosas: atraer turismo, sea interno o externo, y para que la industria local, regional o nacional, la hostelería, pete habitaciones, terrazas y caja, con esos turistas tan reparadores como depredadores al mismo tiempo. Para lograrlo hay que descularse para que sean declaradas de Interés Turístico loquesea.

Por eso, cuando leo o escucho en esos medios, cada vez más vendidos y adocenados, que eso es cultura de la buena, la genuina y verdadera, me da la risa floja mezclada con mala leche a partes iguales, que me la convierte en risa de hiena… Esto es: agarramos la Historia; utilizamos las verdades en partes, falseándolas y colgándoles todos los faralaes habidos y por haber; nos subimos al trono y procesionamos de lo que toque disfrazarse; y luego lo vendemos como tradición y como cultura, cuando de lo primero tiene poco y de lo segundo casi nada.

Ya… lo sé… me van a decir que todo eso está escrito y verificado por historiadores que blá, blá, blá… Miren ustedes, estará versionado, eso sí, pero no verificado. Lo cierto y verdad es que, para opinar sobre tal extremo, antes hay que ver de qué nómina cobran, y si interpretan la Historia según el encargo de cada ciudad y el interés de cada autonomía… o taifa de reyezuelos, ya que hablamos de lo que se habla en aquesta crónica. Conozco a una caterva de levantadores de historietas que se limitan a desmontar para volver a montar la Historia, según la ralea política que los tienen contratados: hacedores de libros de texto modificados a conveniencia y otras lindezas del páramo festivo.

Mis fuentes, desde luego, y por supuesto, no son ninguno de ellos. Yo bebo de los autores independientes; de hispanistas serios (cuánto más extranjeros, mejor), de historiadores que no se venden ni dependen de regalías oficiales, que haberlos háylos, y que no son de los canónicos… Es que esto es como lo del Catecismo: o pertenece al Cánon (de cada región o religión) claro, o se consideran apócrifos… Bueno, pues eso, que yo prefiero esos apócrifos que no se venden a cánon alguno y que se buscan la vida publicando por libre lo que saben y creen y es más de fiar… El resto es puro y duro folklore del mediocre.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

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